En mi familia nunca hemos sido de irnos a buscar a la estación de tren. Es así, lo reconozco, no me avergüenzo. Algunos se sorprenden cuando digo esto, otros no. Puede decirse que hay dos tipos de familias: los que van a recoger a los familiares a la estación de tren y los que no. Yo pertenezco al grupo de los que no. Y no significa que no nos queramos, es sin más que no vamos. Antes de Pamplona, he vivido entre San Sebastián y Zaragoza. En San Sebastián vivíamos cerca de la estación de autobuses, uno venía andando. En Zaragoza, siempre hemos cogido taxis con alegría. Sin dramas. Pues bien: el pasado mes de noviembre he experimentado un proceso de conversión en este punto, quién me lo iba a decir. El proceso se compone de tres actos.
jueves, 16 de diciembre de 2021
La estación de tren y los taxis
lunes, 29 de noviembre de 2021
Algo en lo que creer
viernes, 5 de noviembre de 2021
Sobre la CUN, el HUN, y algunos complejos
lunes, 18 de octubre de 2021
Cáncer de mama: impacto psicológico y familiar
lunes, 4 de octubre de 2021
Sin rodeos (2008)
Sin rodeos. ¿Y si nos levantáramos un día y dijéramos a todo el mundo lo que pensamos tal como lo pensamos? En directo, sin dorar la píldora, sin mano izquierda. Se armaría una buena, sobre todo si lo hiciéramos todos a la vez. La vida en sociedad tiene sus reglas, está también la educación y el no hacer daño, pero es que a veces... es como que uno se cansa. ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? ¿Por qué son necesarias diez conversaciones previas en vez de hablarlo todo de una? ¿De verdad tengo que seguir la corriente a todas las manías de este? (o de esta) ¿Tengo que seguir haciendo como que me parece normal que mi hijo salga hasta las cuatro de la mañana con la excusa de que lo hacen todos? Ya basta, oye. Ya te vale.
lunes, 20 de septiembre de 2021
Perder la memoria
Envejecemos. El envejecimiento no es una enfermedad, aunque a veces nos confundamos o nos quieran confundir. El Alzheimer es una enfermedad, la más frecuente con diferencia entre las demencias, que también son enfermedad. Pero envejecer no es enfermar, y tener menos memoria cuando somos mayores no significa estar enfermo. El envejecimiento es un proceso natural que debemos cuidar. Se trata de conocerlo y aceptarlo. Con 80 años no tenemos la agilidad ni la autonomía de los 50. Si nos atascamos en querer seguir siendo como a los 50, sufrimos. Si nos empeñamos en buscar la "cura contra el envejecimiento", nos obsesionamos y nos angustiamos. A veces, incluso hacemos cosas grotescas. Envejecer con elegancia es una de las tareas de nuestras últimas etapas del ciclo vital.
Pero hoy quiero hablar de enfermedad. Me impresionó atender en consulta el año pasado a una mujer de mediana edad, unos 55 años creo recordar, con formación universitaria, empresaria autónoma, que empezaba a tener síntomas de Deterioro cognitivo leve compatible con una Enfermedad de Alzheimer incipiente. No son infrecuentes este tipo de consultas, aunque, afortunadamente, son mucho más frecuentes las consultas, tanto en Psiquiatría como en Neurología, de personas que piensan que pueden tener demencia y no la tienen, porque la disfunción cognitiva que presentan es secundaria, manifestación de un cuadro afectivo, depresivo o ansioso, fundamentalmente. Digo afortunadamente porque en este segundo grupo de consultas, la causa de la disfunción cognitiva es en principio reversible, y no irreversible como en el caso de la paciente que me impactó. Es cierto que lo irreversible de la demencia tampoco quiere decir que se desarrolle de manera completa ni rápida, ya que puede quedarse como estancada, o avanzar muy lentamente. Pero nos asusta la posibilidad de desarrollar una demencia. Nos asusta la posibilidad de perder la memoria.
Perder la memoria nos parece una de las formas más duras de enfermar. Hay otras formas de enfermar que cursan con más dolor, pero perder la memoria supone que nuestra consciencia y sentido de la propia identidad se ven amenazadas. Perder la memoria no es solo perder información, perder recuerdos. Perder la memoria nos parece sinónimo a dejar de ser. Es una amenaza que además no es infrecuente, ya que las demencias tienen una prevalencia notable. Dependiendo de dónde pongamos los límites de edad y de lo estrictos que seamos con el tipo de demencia, se estima que un 5% de personas de edad avanzada presentan demencia. No es poco. Pero aunque perdamos la memoria, no dejamos de ser.
Durante la pandemia descubrí una canción de la Oreja de Van Gogh de hace varios años, de 2016, y no me canso de escucharla, no sé por qué. Se trata de "Estoy contigo". En 2017 coordinaron una versión coral, preciosa, en la que participan artistas como Vanesa Martín, Ana Torroja, India Martínez, Melendi, y unos cuantos más. Son mías un número importante de las visualizaciones en Youtube de este lujo de versión. El vídeo es sobrio y elegante: una mujer, inexpresiva inicialmente, en el centro de lo que podría ser una jaula de espejos. Está sola, aislada del entorno. Parece que no siente, que no percibe, o no reacciona ante lo que percibe. En los espejos se van alternando retratos, imágenes, personas a las que quizá ha amado o personas que le han amado, pero están como en otra dimensión. Ella se va viendo interpelada por las figuras, por el sonido, por el movimiento, por la música, por el afecto, por la cercanía en la distancia. Y, poco a poco, se va dibujando en su cara una sonrisa. Interacciona, se mueve. Está viva por dentro. Aunque inicialmente no lo pareciera.
"Tú, que me mirabas", ... tú, que lo has sido todo, ... "y ahora tu memoria se escapa con mi vida detrás". Tú que has podido con todo..., " y ahora va colándose el frío del invierno en tu voz". Te vas apagando. Parece que desapareces, pero aquí estás, y no quiero que dejes de estar. "Estoy contigo". Permaneces, siempre permaneces. Permaneces en mí. Porque yo soy tú. "Cuando creas que la vida se ha olvidado de ti". No desaparecerás. Porque tú eres yo. Parece que no sientes. "Tú que aún brillas cuando escuchas mi voz". Brillas, resuenas, vives. Desde fuera no sabemos cuánto, ni cuándo, ni cómo. Pero brillas. "Estoy contigo". Sigue conmigo. Quiero que sepas que estoy aquí. "Cuando llegue la nostalgia a separarte de mí". Quiero que sepas "que aún no te has ido, que yo sigo aquí".
Además de memoria, perdemos habilidades, perdemos autonomía. "Cuando sientas que tus manos no se acuerdan de tí". Esto pasa en el envejecer normal, y es más acentuado en las situaciones de enfermedad. Dejamos de poder hacer cosas que antes hacíamos, y nos cuesta renunciar a seguir haciéndolas. No pocos dramas se viven en las familias cuando una persona amada quiere seguir conduciendo más allá de lo razonable, o de lo prudente. Todo lo que hagamos para no perder autonomía es bueno. Y también es bueno todo lo que hagamos para ayudar a asumir la pérdida de autonomía cuando esta tiene lugar de manera irremediable. "Estoy contigo", "para darte mis palabras", "y devolverte todo lo que hiciste por mi". Quiero ser tu movimiento. Confía en mí. Dejarnos ayudar, es otra tarea de esta etapa de la vida. Necesitamos de otro yo. Un "yo auxiliar", suele decir un colega y maestro.
Cuando perdemos la memoria, sufrimos. Sin duda. Sufrimos porque vemos lo que perdemos, nos enfadamos porque todo es más complicado, todo es más confuso. Sufrimos de manera reactiva, pero la pérdida de memoria también conlleva, de por sí, unas alteraciones afectivas y conductuales, directamente relacionadas con el deterioro. Lo describe bien la película "El padre", de 2020, con la que Anthony Hopkins ganó el óscar al mejor actor principal. Nos cuenta un proceso de deterioro desde la perspectiva del enfermo. Es angustiosa, pero ayuda a situarse mejor en lo que puede estar viviendo el enfermo, desde dentro. Es verdad que no siempre que se pierde la memoria se tiene tanta angustia y agitación, pero es que es más difícil que te den el óscar con una actuación contenida. En cualquier caso, es difícil saber qué pasa por dentro cuando avanza el proceso. Parece que se sufre menos, pero no lo sabemos. El sufrimiento en cualquier caso es más sereno. Y seguimos vivos.
Hay momentos de la enfermedad en los que el surrealismo parece ponerse en primer plano. Tú no eres mi hija. Ayer fue hoy. O al revés. No encuentro los huevos, buscando en la lavadora. Tu hermana no se pone al teléfono, hablando concienzudamente al mando de la televisión. No voy a ducharme más, llevo toda la vida haciéndolo. Uno no sabe si reír, llorar, o desesperarse. No puede ser cierto lo que me estás diciendo, cuando lo es. Es fácil que uno pierda los papeles, las formas, que eleve el tono de voz más de lo habitual. Y se comprende. Porque el cuidador ama, el cuidador se preocupa. Pero perder las formas no ayuda, ni al enfermo, ni al cuidador. El enfermo sigue ahí, aunque parezca más aislado del mundo. Y responde al afecto, al cariño, a la suavidad. Nos ejercitamos en dar aunque parece que no recibimos, no tenemos feedback, o solo muy de vez en cuando. Pero debemos hablar suave. Y tocar suave. Sabiendo que está.
El envejecimiento puede parecer lineal, pero los estados de enfermedad que se presentan al envejecer aparecen en cascada, en pendiente pronunciada, en espirales. Es bueno identificar los círculos viciosos de enfermedad de la vejez que nos hacen entrar en barrena y perder salud y calidad de vida de manera brusca. Los círculos de enfermedad son los que se establecen cuando se juntan la pérdida de memoria, pérdida de autonomía, dificultades motoras, dolor, ansiedad, dificultad en la toma de medicación,... Hay que identificarlos y cortarlos. Se identifican... con cuidados. Y los cuidados son más accesibles cuando nos dejamos cuidar. Hemos dicho que el dejarnos cuidar es una tarea de la etapa vital de la vejez, pero se aprende desde antes.
Los cuidados en la vejez, tanto en la salud como en la enfermedad, pivotan sobre la familia. La familia es el eje de la sociedad en la cultura del cuidado. La familia es la continuidad de los mayores. La familia es la memoria de los mayores, a la vez que los mayores son nuestra memoria, qué cosas. Para esto, una última referencia, esta vez una novela: "Llévame a casa", de Jesús Carrasco, publicada la pasada primavera (2021). Todo es bonito en esta novela, huele a recuerdos, nos hace resonar. Es precioso cómo muestra el cuidado de la familia, y cómo la familia se recompone y reafirma su identidad precisamente al cuidar. De lectura imprescindible.
Es paradójico que, a la vez que pensamos en estas cosas, se nos plantee en nuestro país una ley con la que se facilita y promueve el suicido asistido, qué cosas. Quería traerlo como contraste. Ante estas leyes, seguimos celebrando la vida. Celebramos la memoria, celebramos la continuidad biográfica. No hay vidas inútiles. Aunque no nos reconozcan, aunque se enfaden, aunque se aíslen. Somos también su vida. Soy tu vida. Somos tú y yo. La dignidad no se pierde, nuestra vida permanece. Permanecen nuestros frutos. Permanecen nuestros lazos. Permanece nuestra memoria.
No dejamos de ser porque, aunque no sabemos lo que pasa en lo profundo de la conciencia de la persona que se va deteriorando, sigue latiendo la vida, y las ventanas de lucidez nos hablan de que la vida sigue más allá de lo explicable. No sabemos cómo se vive en el silencio de la desconexión sensorial, y no sabemos cómo se vivirá después. Pero el espíritu sobrevive y será más ligero sin el cuerpo, aunque no seamos capaces de entenderlo sin el cuerpo. Intuimos que, de alguna manera, transcenderemos a nuestra corporeidad.
Una canción. Una película. Una novela. Ojalá esta reflexión nos ayude a cuidar mejor. Y a aprender a dejarnos cuidar.
Enrique Aubá, 20 de septiembre de 2021
viernes, 3 de septiembre de 2021
Decálogo del síndrome postvacacional
Lo que a veces llamamos síndrome postvacacional tiene que ver con el cambio de ritmo, del descanso al trabajo, del disfrute a la rutina, la vuelta de la evasión a la responsabilidad. Sentimos cómo se vuelve a tensar el cuerpo para recuperar el tono. Es un síndrome de reaceleración, sería mejor llamarle así para no responsabilizar a las vacaciones ni al trabajo, qué culpa tendrán. Es también consecuencia de que tendemos a la posición horizontal, y recordatorio de que la postura erguida requiere más energía. Duele algo, dura poco, es normal. Claro que podría tratarse de algo de mayor entidad, pero si lo que sientes ha empezado coincidiendo con que terminan las vacaciones y comienza el trabajo, lo lógico es esperar, que se pasa. Viene bien también conocer el ciclo de aceleración de las empresas a lo largo del año ya que se superpone con la reaceleración de las personas. En mi empresa, por ejemplo, la aceleración de comienzo de curso dura hasta el Pilar, en torno al 12 de octubre. A partir de entonces, se alcanza la que podríamos llamar velocidad de crucero: el ritmo sigue siendo alto pero, por lo general, no se acelera más. Esto es bueno saberlo, para no asustarse. Dicho esto:
domingo, 29 de agosto de 2021
Relato de un sueño
miércoles, 25 de agosto de 2021
Cineforum psicopatología Clínica Universidad de Navarra
Finalizamos otra edición del cineforum de psicopatología que tenemos cada verano en el Departamento de Psiquiatría y Psicología Clínica en la Clínica Universidad de Navarra. Tiene formato de seminario dirigido principalmente a los residentes de Psiquiatría y Psicología del departamento. Lo hemos tenido desde 2010, salvo en 2018 y 2019. La experiencia es muy buena. Los úlltimos años ha sido así: cada miércoles anunciamos la película a comentar la semana siguiente, y el siguiente miércoles tomamos un café y la comentamos. Sin más. Funciona bien. Lo hacemos aprovechando que en verano suspendemos las sesiones clínicas y bibliográficas que tenemos durante el curso, y es una manera menos formal de seguir aprendiendo. Copio a continuación las películas que hemos visto en estos años (¡101 películas!), para el que le interesen. Se aceptan sugerencias, sabiendo que la lista es infinita...
El caso Sloane (2016)
Las vidas de Grace (2013)
Stockholm (2013)
La aparición (2018)
20000 especies de abejas (2023)
Rain man (1988)
Anatomía de una caída (2023)
El castillo de cristal (2017)
El manual de la familia perfecta (2021)
Morir (2017)
La ballena (The whale, 2022)
Hasta los huesos (To the bone) (2017)
Nefarious (2023)
En un lugar salvaje (Land, 2021)
El hijo (2022)
2021
El padre (2020)
La profesora de piano (2019)
Especiales (2019)
Extremadamente cruel, malvado y perverso (2019)
Nomadland (2020)
Copying Bethoven (2006)
Madre (2019)
Steve Jobs (2015)
2020
Beautiful Boy. Siempre serás mi hijo (2018)
Lady Bird (2017)
El silencio de los corderos (1991)
Efectos secundarios (2013)
La punta del iceberg (2016)
Take shelter (2011)
El caso Fischer (2014)
Joker (2019)
2017
Suicidio (Documental Juan Andrés Mateos, 2017)
El faro de las orcas (2016)
Fences (2016)
Foxcatcher (2014)
Experimenter: La historia de Stanley Milgram (2015)
Mi perfecta hermana (2015)
2016
El jugador (2014)
Nightcrawler (2014)
Hace mucho que te quiero (2008)
Shine (1996)
La habitación (2015)
La ola (2008)
El indomable Will Hunting (1997)
2015
Siempre Alice (2014)
De tal padre tal hijo (2013)
Sin límites (2011)
El buen hijo (1993)
Relatos salvajes (2014)
Whiplash (2014)
La herida (2013)
El lado bueno de las cosas (2012)
2014
Mindscape (2013)
El maquinista (2004)
El rey pescador (1991)
El talento de Mr Ripley (1999)
Cosas que perdimos en el fuego (2007)
Psicosis (1960)
Blue Jasmine (2013)
2013
Antwone Fisher (2002)
Slipstream (2007)
Brothers (2009)
Adam (2009)
En un mundo mejor (2010)
No tengas miedo (2011)
Un día de furia (1993)
Días de vino y rosas (1962)
12 monos (1995)
2012
Birdy (1984)
Temple Grandin (2010)
Cuando un hombre ama a una mujer (1994)
Identidad (2003)
Recuerda (1945)
El invisible Harvey (1950)
House of games (1987)
2011
Tránsito (2005)
Memento (2000)
K-Pax (2001)
Retratos de una obsesión (2002)
Inocencia interrumpida (1999)
La habitación del hijo (2001)
Spider (2002)
Un corazón en invierno (1992)
Otra mujer (1988)
2010
Shutter Island (2010)
Las horas (2002)
Las tres caras de Eva (1957)
El libro mágico (2005)
El exorcismo de Emily Rose (2005)
Gente corriente (1980)
Alguien voló sobre el nido del cuco (1975)
domingo, 22 de agosto de 2021
Vacaciones: expectativas, deseos y realidad
"Cuando me encuentro mal, cuando me siento desbordada, cuando siento que me superan los problemas, también cuando me he encontrado apaleada después de los partos... sueño con estar dentro de uno de esos anuncios que cada verano hace Estrella Damm...". Me contaba así hace unos meses una divertida mujer que pasó por mi consulta, madre joven ella. Se le iba el pensamiento a "esa cala preciosa, agua cristalina, luz de atardecer, luciendo un tipazo que nunca tendré, en compañía de gente sonriente y relajada con cara de actores y actrices del momento, música fresca y emotiva, chiringuito de madera con estilo... Menorca, por supuesto". Me preguntaba a ver si esto que le sucedía interiormente no podría definirse como un síndrome psicológico, qué graciosa. A todos nos gustan esos anuncios, qué bien hechos están. Nos gustan porque hacen resonar un deseo interno. Un deseo de descanso, de paz, de disfrute, que tiene relación, no sé si menor o mayor, con ese anhelo de plenitud que todos llevamos dentro. Y cuando nos planteamos las vacaciones cada año, de alguna manera pensamos en poder gozar un poquito de algo de eso.
Bergman sustancial: existencialismo y psicoanálisis
Este curso 2024-2025 me ha dado ha dado por Bergman. Será por la cosa psiquiátrica, digo yo. Comparto algunas notas, citas e impresiones de ...

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You may write me down in history / With your bitter, twisted lies, / You may trod me in the very dirt / But still, like dust, I'll rise....
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"Que es mi barco mi tesoro, / que es mi dios la libertad, / mi ley, la fuerza y el viento, / mi única patria la mar" (José de Esp...
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Tenía pendiente una historia, no encontraba la manera ni el momento hasta ahora. Se trata de la paciente de un amigo y colega psiquiatra. Pa...