sábado, 31 de julio de 2021

Eutanasia y salud mental








En realidad, yo soy psiquiatra. Puestos a hablar de eutanasia, quizá debería haber empezado por aquí. Pero es que esto era demasiado fácil, demasiado evidente. No hay más que ver el posicionamiento de la Sociedad Española de Psiquiatría al respecto. Como también está el de la Sociedad Española de Neurología. Y eso que Neurología y Psiquiatría somos dos disciplinas a las que, podríamos decir, la regulación de la eutanasia nos toca como daño colateral, sabemos que el foco primero está en la Oncología y especialidades relacionadas. Pero el daño colateral no es trivial.

En psiquiatría procuramos tratar y aliviar el malestar emocional que puede estar presente en cualquier persona y en cualquier momento de la vida. Algunas personas son más vulnerables, como aquellas con patología psiquiátrica, y hay etapas de la vida también de mayor fragilidad, como lo es el final de la vida, así como lo es la adolescencia. Estos meses de pandemia hemos visto como han incrementado en la adolescencia los trastornos de la conducta alimentaria, las autolesiones y los intentos de suicidio. Nos hemos sentido algo desbordados, y seguimos haciendo todo lo que está en nuestras manos para ayudar a vivir bien.

El deseo de suicidarse es un síntoma que debemos conocer, evaluar y considerar para el tratamiento. El deseo de suicidarse puramente racional es anecdótico. Lo que vemos en la práctica son personas con ideas de suicidio y alteraciones emocionales o trastornos mentales. El suicidio supone autodestrucción, se contrapone al instinto de supervivencia, que de por sí tiene mucha fuerza. Parte importante de la prevención en Medicina es todo lo relacionado con la prevención del suicidio, uno de los objetivos fundamentales de la Organización Mundial de la Salud en la actualidad. Por eso, cuando se aprueba una ley que facilita que pacientes soliciten el suicidio, nos tiene que hacer pensar. Se argumentará que la ley de eutanasia lo que quiere es proteger un derecho, pero lo que la ley hace, principalmente, es promover socialmente la petición de eutanasia.

Querer suicidarse no es sin más ni principalmente desear morir. Lo que el paciente quiere, casi en la totalidad de las situaciones, es dejar de sufrir. Cuánto consenso hay en esto entre los que tienen experiencia clínica. El paciente que intenta suicidarse busca lo que entiende como una solución definitiva para un problema que es temporal, ya que se puede aliviar, ayudar a mejorar el afrontamiento, fortalecer las fuentes de apoyo, y tantas acciones posibles. El paciente que quiere suicidarse suele pasar por un estado de ofuscación en sentido técnico  un estrechamiento de la percepción de la realidad causado por estados emocionales intensos (pasionales) como la depresión, la angustia o la ira. Ante una persona que manifiesta querer morir hay que preguntarse qué está necesitando en un primer plano.

En psiquiatría también ayudamos, cuando se nos requiere, a valorar la capacidad de pacientes para tomar decisiones relacionadas con su enfermedad y tratamiento, cuando estas decisiones son de trascendencia para la vida del paciente o para terceros. Hemos aprendido que, una manera de estructurar esta valoración es: 1) confirmar que el paciente es capaz de expresar verbalmente (oral o escrita) una preferencia; 2) comprobar que el paciente tiene un proceso de pensamiento con razonamiento lógico (con claridad y sin ofuscación por un estado psicopatológico determinado); 3) asegurarse de que el paciente comprende la situación concreta de la enfermedad (naturaleza de la enfermedad, opciones de tratamiento, pronóstico con y sin tratamiento, riesgos y beneficios potenciales del tratamiento); y 4) cerciorarse de que el paciente comprende el contexto de la enfermedad y consecuencias de las decisiones en su vida. Como puede verse, la aplicación de esta valoración en un supuesto "contexto eutanásico" (así se ha definido) es total. Por eso, sorprende que no se de a esta valoración la estructura y formalidad que requeriría, y también sorprende que no sea requisito para aplicar la eutanasia una valoración psicopatológica, siendo los trastornos mentales y las alteraciones transitorias del estado mental las causas principales que llevan a las personas a desear morir.

Últimamente pienso en pacientes concretos de la consulta. Hombre deprimido con ideas de suicidio; mujer con trastorno de la conducta alimentaria grave con necesidad de ingresos para renutrición; chica con trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad con impulsividad; psicosis y percepción de la realidad distorsionada; personas con crisis de angustia, con lo mal que se pasa en los ataques de pánico; pacientes con obsesividad patológica, y el sufrimiento que conlleva. Y tantos más. Me vienen a la memoria nombres concretos, atendidos recientemente. Personas a las que deberíamos proteger de manera especial y a las que esta ley solo va a liar, confundir, así como a sus familias.

Esta ley de eutanasia introduce una posibilidad (pedir la muerte) que entorpece los procesos de ayuda. El suicidio no es una opción en la práctica clínica. Pero bueno, seguiremos haciendo Medicina.


Enrique Aubá, 31 de julio de 2021



viernes, 30 de julio de 2021

El renacido (Revenant, 2015)









Película desgarradora e inspiradora. Basada en la historia real de Hugh Glass, que recorrió andando más de 300 kms, arrastrándose, en un entorno hostil, más muerto que vivo, después de haber sido brutalmente atacado por un oso y abandonado. Esta interpretación le valió por fin el Óscar a Leonardo DiCaprio.

Un relato de supervivencia, la vida sin accesorios. Solo lo esencial, sobrevivir. Una experiencia límite que describe un descenso en los escalones de la pirámide de necesidades para centrarse en mantener el funcionamiento fisiológico y la integridad, la seguridad. El organismo se pone en modo "optimización de energía", se contrae, y hasta el sueño y la alimentación se reducen a lo imprescindible. En la vida, es deseable vivir con unas mínimas condiciones materiales para poder relacionarnos y desarrollarnos como personas. Pero hay temporadas en las que nos sobreviene la carencia material, o momentos que parecen exigir de nosotros una especial renuncia. Hay también personas para las que la adversidad parece una marca de nacimiento, algo que siempre les acompaña. Aunque habitualmente vivimos en tiempos de paz, a veces tenemos que movernos en situaciones de "guerra", por decirlo de alguna manera. Puede ser la hora de rescatar el espíritu del renacido. Y los demás, cuando vemos a personas que se esfuerzan por sobrevivir, nos preguntemos qué estamos haciendo con lo que hemos recibido.

"No tengo miedo a morir, eso ya lo he vivido". Quien siente que no tiene nada que perder es verdaderamente peligroso, letal... libre y eficiente. El miedo nos frena, fundamentalmente el miedo a perder lo que creemos tener, lo que pensamos que hemos ganado. Cuando nos desprendemos de nuestra posición, de nuestro nivel socioeconómico, de nuestro prestigio, de lo accesorio y de toda nuestra tontería... entonces somos más libres.  En este sentido, el protagonista puede recordarnos a aquél otro hombre libre que "llevaba un vestido de piel de camello, y se alimentaba de langostas y miel silvestre".

La película puede dar fuerza a los que sienten haber perdido todo, y hacer dudar a los que creen tener.

(una crítica)


(la historia de Hugh Glass, en la que se basa la película)


Enrique Aubá, 30 de julio de 2021



jueves, 29 de julio de 2021

Eutanasia y objeción de conciencia



Ya que es previsible que haya profesionales de la salud que no se encuentren del todo cómodos con las "buenas prácticas" de eutanasia, la ley, en un ejercicio de comprensión y paternalismo, ha previsto la posibilidad de la objeción de conciencia.
 
Está definido que la aplicación de la eutanasia la coordinará un "médico responsable" con un "equipo asistencial", que "garantiza la continuidad en el proceso de la prestación de la ayuda a morir". "Se entiende incluidos a los profesionales de enfermería encargados del cuidado del paciente". El médico responsable "podrá ser su médico/a de atención primaria o de atención hospitalaria". "En la mayoría de los casos, es previsible que sea el médico/a habitual o de confianza del paciente". Mucho se sobreentiende y se da por supuesto, pienso yo.
 
"Los profesionales sanitarios directamente implicados en la prestación de ayuda para morir que podrían ejercer su derecho a la objeción de conciencia son aquellos que realicen actos necesarios y directos, anteriores o simultáneos, sin los cuales no fuese posible llevarla a cabo". "Además de los profesionales de medicina y de enfermería que intervengan en el proceso final de prescripción o administración y suministro de medicamentos, podrían ejercer su derecho a la objeción de conciencia los médicos/as responsables y consultores/as, así como otros profesionales sanitarios que pudiesen intervenir en el procedimiento por requerírseles su participación, entre ellos los psicólogos clínicos". "Igualmente, podrán ejercerla los farmacéuticos/as en el caso de que sea necesaria la formulación magistral de alguno de los medicamentos que se van a administrar dentro del proceso de ayuda para morir, y en la preparación de kits de medicamentos". A lo tonto a lo tonto, está implicado todo el hospital en la aplicación de la eutanasia.
 
Si se lee la ley y su manual de buenas prácticas, se entiende que, en principio, todos los profesionales sanitarios están dispuestos a participar en la eutanasia salvo algunos pocos. Algunos raros que deben tener una conciencia patológicamente sensible y que podrán inscribirse en un registro, garantizandoles que no serán discriminados por ello. Muchas gracias. Pero... ¿quién ha previsto que la participación en la eutanasia va a ser masiva? Creo que la ley se está atropellando a sí misma, y se va a generar otro debate como el del aborto y la objeción de conciencia, debate que por cierto nada ayuda a los enfermos que sufren (ni a los intereses primeros de la propia ley, por cierto). Porque la ley no se contenta con que se consiga un derecho para pacientes sufrientes, si no que quiere aprovechar para "educar" a los médicos y profesionales de la salud, tratándoles como a marionetas para su propósito.
 
Pero vamos a pensar un poco en qué participación se espera de los profesionales de la salud en la eutanasia. En realidad, no lo sabemos bien, solo lo intuimos, ya que no ha habido una consulta bien hecha previa a la ley, que sin duda debería haberse hecho, mira que tenemos colegios profesionales, organización médica colegial, comités de ética, sociedades científicas... pero ese es otro tema. En encuestas de estos años, se recoge que aproximadamente el 25% de los médicos se acogerían a la objeción de conciencia y que aproximadamente el 70% están a favor de que se regule la eutanasia. Como digo, estos datos provienen de combinar encuestas, en tiempos distintos, regiones o poblaciones diversas. Pero nos vale para la reflexión. A la luz de estos datos, se ha argumentado que una minoría no está dispuesta a participar, y que una mayoría está a favor de la ley. Pero ni siquiera esto es lo que dicen estas encuestas parciales.
 
El hecho de que un 70% está a favor de que se regule la eutanasia (me da igual que sea un poco más o un poco menos), no quiere decir que el 70% esté de acuerdo con esta regulación en concreto de la eutanasia. Yo también estoy de acuerdo en que se regule, porque una vez se plantea, no hay nada peor que dejarlo sin regular. Pero hay modos y modos de regular, muchos. Tampoco quiere decir este dato que el 70% esté dispuesto a participar activamente en la eutanasia. Una cosa es que se ordene, o incluso que se regule para aquella situación de sufrimiento impaliable... pero otra cosa distinta es participar en el proceso. Del mismo modo, el hecho de que un 25 % vaya a objetar en conciencia (me da igual que sea un poco más o un poco menos), no quiere decir que el 75% restante esté dispuesto a participar en la "prestación del servicio" (y yo que no quería utilizar este término).
 
La ley prevé que la objeción de conciencia se realice con carácter previo y que los objetores se apunten en un registro, para que en cada centro se pueda organizar bien la "prestación". Desde el punto de vista de gestión, por cierto, sería más sencillo que, los que estén dispuestos a participar activamente en la eutanasia, se apuntaran en el registro, así ahorraríamos tiempo a la hora de organizar la prestación. Pero no voy a ser yo quien promueva ese registro alternativo, que tampoco me parece lo mejor. De todos modos, no sé por qué la insistencia en el registro, cuando también se dice que "se aceptará la objeción sobrevenida y la reversibilidad en la decisión, puesto que la vida es un proceso dinámico en que las opiniones de los sujetos pueden cambiar". Por lo tanto, uno puede objetar y decidir no participar en cualquier momento, y es razonable, ya que una cosa es hablar de la posición ante la eutanasia en teoría, y otra distinta es cuando tenemos que atender a un paciente en concreto. La vida es compleja y rica en matices, y las opciones de ayudar en la práctica son muchas.
 
Salvo que me obliguen o me lo recomiende alguien de manera razonable, no tengo intención de apuntarme en ningún registro. Y no porque no tenga objeción en conciencia respecto a la eutanasia (¿le queda a alguien alguna duda?), sino porque me da pereza. Y me da pereza porque es absurdo. Bastante tenemos que hacer para ayudar a los pacientes como para dedicar tiempo a cosas absurdas.


Enrique Aubá, 29 de julio de 2021

miércoles, 28 de julio de 2021

Las horas (The hours, 2002)






Tres mujeres. En Inglaterra, años 20, Virgina Woolf (Nicole Kidman) escribe "La señora Dalloway". En Estados Unidos, años 50, Laura Brown (Juliane Moore), lee la novela. Y en Nueva York, siglo XXI, Clarissa Vaugham (Meryl Streep), es una versión contemporánea de la señora Dalloway. Además está Richard (Ed Harris), artista y enfermo de SIDA. Sensibilidad, sufrimiento, tormento interior. Un túnel, en el que a veces parece no llegar la salida, o no se percibe suficiente luz para seguir hacia delante. Todos sabemos que Virginia Woolf se suicidó. La película explora el deseo de sobrevivir, las angustias de los que viven en la oscuridad y las dificultades de los que procuran comprender y ayudar a los que sufren.


“No se puede encontrar la paz evitando la vida”
(escena de la estación de tren)

"Recuerdo una mañana... despertar y... sentir tanta posibilidad en la vida... Y me recuerdo a mi misma pensando: este es el comienzo de la felicidad, aquí es cuando comienza, y por supuesto cada vez habrá más... pero eso nunca sucedió. No era el comienzo de la felicidad: era la felicidad misma... ese era el momento... justo entonces".
(el comienzo de la felicidad)

"Querido Leonard: mirar la vida a la cara.. siempre, hay que mirarla a la cara. Y conocerla por lo que es... así podrás conocerla, quererla, por lo que es... y luego, guardarla dentro. Leonard guardaré los años que compartimos, guardaré esos años, siempre. Y el amor. Siempre. Y las horas..."
(final de la película)

"Tú me has dado la mayor felicidad posible. Tú has sido todo lo que una persona puede ser. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que fuimos nosotros hasta que esta terrible enfermedad apareció."

(la banda sonora de Philip Glass, esa música,... inquietante e hipnotizadora)

(una crítica)

"Las horas", la novela de Michael Cunningan en la que se basa la película.

"La señora Dalloway", la novela de Virginia Woolf que inspira Las horas

Se pueden leer también los cuentos que Virginia Woolf escribió en paralelo a La señora Dalloway


Enrique Aubá, 29 de julio de 2021

martes, 27 de julio de 2021

Eutanasia y buenas prácticas











Escribía hace unos días que me he sentido insultado como médico con la publicación del manual de buenas prácticas de eutanasia, pero no expliqué por qué. Voy a intentar hacerlo ahora. El Ministerio de Sanidad nos facilita un manual de 94 páginas con procedimientos detallados sobre cómo proceder para aplicar la eutanasia. Un procedimiento limpio, ordenado, con relaciones de "fármacos", rangos de dosis, modos de actuar, tablas resumen y diagramas de flujo. Impecable. Digno de los mejores estándares de calidad.

Los procedimientos de calidad están cada vez más implantados en Medicina, y la seguridad es una de nuestras obsesiones. Sufrimos cuando, queriendo ayudar, hacemos daño al paciente. Aprendemos de los errores, y hacemos protocolos para evitar lo que está en nuestra mano. Si hacemos daño al paciente (iatrogenia) y no hemos seguido los procedimientos previstos, podemos haber sido negligentes. La calidad y seguridad en los procedimientos deben enseñarse en las Facultades de Medicina.

El procedimiento para aplicar la eutanasia tiene varios pasos sencillos, con algunas alternativas. Primero se disminuye el nivel de conciencia, luego se induce el coma, y por último se administra un bloqueante neuromuscular. Se utilizará midazolam y propofol, fármacos de uso habitual para sedación (aunque deberíamos discutir si podemos llamarles fármacos cuando se usan intencionadamente para producir la muerte). En cualquier caso, para utilizarlos en procedimientos de sedación, hay que tener una formación específica. A mí, que me dedico a la psiquiatría, no se me ocurriría intentar sedar a un paciente, el riesgo del paciente sería alto y habría motivos de sobra para denunciarme. Sin embargo, incluso yo, que no recuerdo bien cómo coger una vía venosa, podría utilizar estas sustancias para aplicar la eutanasia, ya que, si me paso de dosis, no importa tanto. Y si no importa tanto, es que hay algún problema con este procedimiento. Esto huele a que no es medicina.

Podemos verlo también con el relajante muscular. Atracurio, cisatracurio o rocuronio. Los usamos en Medicina para relajar la musculatura en procedimientos quirúrgicos y de anestesia. Sustancias químicas que sintetizamos artificialmente y que tienen relación con productos vegetales ya descubiertos hace siglos. Wikipedia dice que los relajantes musculares que usamos hoy en día "tienen un mejor perfil farmacológico" que los venenos (curare) que se usaban en flechas y cerbatanas. Y es que en Medicina nos importa eso del perfil farmacológico, no queremos hacer daño. De manera paralela puede leerse también en internet que la cicuta, veneno que se le animó a tomar a Sócrates tras ser condenado, tiene hoy un uso medicinal muy limitado, "ya que la frontera entre dosis terapéutica y dosis tóxica es muy fácil de cruzar".

La frontera entre lo terapéutico y lo tóxico nos interesa en Medicina. Es parte importante de la ciencia farmacológica, a la que dedicamos estudio e investigación. Debemos medir siempre para estar en rango terapéutico y no perjudicial. Sin embargo, para la eutanasia no es tan importante esta frontera. Es más, da igual. Lo ponemos en un procedimiento limpio, como si nos importara, pero se trata de asegurarse de que el paciente fallezca. Así que, ante la duda, sube la dosis. Esto no suena a Medicina.

Y un último ejemplo. En el manual está incluso previsto que el "fármaco" que induce el coma puede producir dolor en su administración intravenosa. Por ello, sugiere que se administre previamente lidocaína, un anestésico, para que no duela. Todo un detalle cuando estamos produciendo la muerte. Se contempla también que, si una persona es alérgica al anestésico, tenemos la alternativa del sulfato de magnesio. Ay. Esto no es un detalle ni delicadeza. Esto es una tomadura de pelo y una falta de respeto a los médicos. Y una falta de consideración, por supuesto, con las personas que sufren, a las que se utiliza como excusa para este esperpento.

Esto no es Medicina. Este procedimiento debe ser parecido al que seguro había sobre cómo ejecutar a una persona en la guillotina, con elegancia. Bueno, en realidad no lo conozco, pero estoy seguro de que existía. Al que sí se parece y mucho es al procedimiento para aplicar la pena de muerte allí donde se aplica. Todo tiene su técnica. Pero no nos digan que como médicos tenemos que aprender esto. Y que nadie cuestione nuestro compromiso con los que sufren.


Enrique Aubá, 27 de julio de 2021

domingo, 25 de julio de 2021

Tenet (2020)


¿Que por qué "amigos en el ocaso"? Pues porque vivimos en un mundo crepuscular. "Tenet" es una de las películas más espectaculares del año pasado, de lo más sabroso que se ha estrenado durante la pandemia. Lo sé: o la amas, o la odias. Aunque la mayoría la odie, es una de las películas de ciencia ficción recientes más original y sugerente.

El tiempo. Christopher Nolan vuelve a jugar con el tiempo, le da otra vuelta de tuerca. El tiempo como dimensión de la realidad. Vamos hacia delante pero... ¿y si pudiéramos ir hacia atrás? No ya si pudiéramos viajar al pasado... ¿y si pudiéramos recorrer el tiempo en sentido inverso? Está claro que no es posible, ya habríamos conocido a algún viajante "invertido", pero nos ayuda a reflexionar. Intentamos comprender la realidad de acuerdo a las dimensiones que manejamos, pero no es difícil pensar que hay al menos alguna otra dimensión. Por lo menos, quizá nos ayude a no estar tan tan seguros de lo que creemos saber, la realidad es más compleja y rica de lo que vemos.

Nolan explica al principio las reglas de este juego y después desarrolla una película a lo James Bond. Lo mismo que en Matrix, que explicaba las reglas del juego en la primera parte de la trilogía y en las dos siguientes había acción sin parar. Solo que en este caso, todo en la misma película. Eso hace que la primera vez que ves la película entiendes menos de la mitad. Es la segunda vez cuando la entiendes del todo, si prestas atención. Si no, como se dice en la película: "no trates de entenderlo, siéntelo".

Tenet es un palíndromo: se lee igual hacia delante y hacia atrás. Es uno de los palíndromos presentes en el cuadrado Sator:
La película también quiere tener una estructura palindrómica.

(una crítica)

(trailer)

(recopilación de frases para retorcerse la cabeza)(o para reirse un poco):

Vivimos en un mundo crepuscular... y no hay amigos en el ocaso.

Con un chaleco reflectante y un portapapeles puedes llegar casi a donde quieras.

Un arma nuclear puede afectar solo a nuestro futuro; un arma invertida podría afectar también a nuestro pasado.

Se puede bungee-jumpear...

Hablar de un cliente violaría los tenets por los que se rige.

Una tecnología que puede invertir la entropía de un objeto...

Encontramos a dos antagonistas, uno invertido; eliminamos al normal, pero el invertido escapó. Eran la misma persona.

Esa cámara es una máquina de inversión.

Un atentado que matara a miles de millones no será nada en comparación con lo que pasará si no se lo impedimos. Estamos siendo atacados por el futuro.

Buzones muertos. Entierra su cápsula de tiempo, transmite la ubicación y luego la desentierra para recuperar los materiales invertidos que le han enviado.

¿Te has ido de la lengua? Nadie se ha ido de la lengua. Es un movimiento de pinza temporal. La mitad de su equipo avanza hacia delante en el evento, él los monitoriza y luego avanza hacia atrás sabiéndolo todo.

Mentir es un procedimiento operativo estándar.

¿Podemos estabilizar la radiación invertida invirtiendo a la paciente?

Hemos tomado el control de su máquina hace unos minutos; antes, es de Sator.

¿Cuánto tiempo de vida le queda en este lado? Tres horas como mucho. ¡Me la llevo al otro lado! No hay forma de hacerte volver.  Encontraremos otra máquina.  ¿Hace una semana? ¿Dónde? En Oslo

Esto es una ventana de verificación. Cuando te aproximas al torno, si no te ves a ti mismo a través de esa ventana, no entres en la máquina. Si no te ves saliendo hacia atrás de una máquina, es que no vas a salir.

¿Vas a ir allí por ella? Amenazó con matarla en el pasado. Si lo hiciera, qué le pasaría a ella aquí? Eso... no se puede saber. Si estás allí cambiando algo, no estás aquí para ver los efectos. Pero tú, ¿qué crees? Lo pasado, pasado está. Tenemos que salvarla aquí y ahora.

Necesitarás llevar aire. El aire normal no atraviesa las membranas de los pulmones invertidos.
Regla número uno: no entres en contacto con tu yo progresivo. Para eso son las barreras y los trajes protectores. Si tus partículas entraran en contacto... aniquilación.

Cuando salgas del compartimento estanco, dedica unos segundos a orientarte: la sensación será extraña. Cuando corras, el viento estará a tu espalda. Si te encuentras con fuego, se formará hielo en tu ropa, ya que la transferencia de calor está invertida. La gravedad te resultará normal, pero le parecerá invertida a todo lo que te rodee. Puede que experimentes distorsiones ópticas o auditivas, es normal. ¿Puedo conducir? Una puta locura. No puedo garantizarte que lo controles, la fricción y la resistencia están invertidas. Tú estás invertido, el mundo no.

Llevad las otras secciones del algoritmo al hipocentro.

¿Cuál es el algoritmo, Neil? 241 es una de las secciones, una de las nueve. Es una fórmula representada en forma física para que no pueda copiarse ni transmitirse. Una caja negra con una única función. La inversión, pero no de objetos ni personas: del mundo que nos rodea. A medida que invierten la entropía de más y más objetos, ambos sentidos temporales se entrelazan más y más, pero como el entorno fluye en nuestro sentido, dominamos nosotros, ellos siempre nadan contracorriente. Es lo que te ha salvado la vida: la explosión invertida estaba oponiéndose al entorno... El algoritmo puede invertir la entropía del mundo. ¿Y si eso ocurre? Fin de la partida.

El que estemos aquí ahora, ¿no significa que la reversión del flujo temporal no se ha producido? que se lo hemos impedido? Siendo optimista, diría que sí. Siendo pesimista... según la teoría de los universos paralelos, no podemos conocer la relación entre la consciencia y las realidades múltiples...

¿Tendrán armamento invertido? Invertido, convencional, antagonistas progresivos, antagonistas regresivos... de todo.

Me gustaría salir con los primeros Aquí no hay primeros: el equipo azul y el equipo rojo operan al mismo tiempo. Oye: no te subas al helicóptero si no puedes dejar de pensar en términos lineales.

Cuando hablamos de pinza temporal hablamos de rodear el presente desde el pasado y el futuro, algo que vemos con Sator quien tiene agentes en ambas temporalidades para saber lo que ocurre en cada momento y obrar en consecuencia. En resumidas cuentas, una pinza temporal consiste en esperar a los eventos, obtener conocimiento, y actuar en base a lo que hemos aprendido y lo que ya sabíamos.


Enrique Aubá, 25 de julio de 2021

sábado, 24 de julio de 2021

Eutanasia y cuidados








Algo me chirría con la reciente ley de eutanasia. Algo se me desgarra por dentro. Voy a hacer un ejercicio para intentar comprender por qué me siento tan mal cuando leo el planteamiento de la ley. Y por qué me he sentido insultado como médico ante el manual de "buenas prácticas" de eutanasia, publicado por el Ministerio de Sanidad el pasado 7 de julio, San Fermín.

Entiendo que la ley de eutanasia tiene relación con algo real, sin duda. Dejo a un lado creencias, que las tengo, y dejemos a un lado la ideología que impulsa a algunos, que la hay. Hay personas que sufren en la última etapa de la vida, ya sea por dolor, por condiciones materiales deficientes, por no tener un entorno familiar cohesionado, o por falta de afecto o recursos. Y hay familias que lo pasan mal cuando no son capaces de atender a personas con enfermedad avanzada. Se sienten impotentes al no poder aliviar el sufrimiento, o por no poder pasar juntos todo el tiempo que quisieran, o por no disponer de los mínimos recursos y condiciones para vivir dignamente. Tenemos un problema real.
 
Pero la ley de eutanasia no es la solución para el problema real. La ley de la eutanasia no viene a solucionar el problema individual sino a generar otro problema social. El primer efecto de la ley de la eutanasia no es ayudar a morir bien a personas con enfermedad avanzada y sufrimiento, sino promover que se pida adelantar el momento de la muerte. Y esto es un error. Un error gordo. Queremos vivir y anhelamos no dejar de estar juntos. No tiene sentido promover la muerte, esta ley es un contrasentido.
 
Nos dedicamos a cuidar. Cuidamos a los demás, nos dejamos cuidar, cuidamos unos de otros. La solución al problema real es conseguir una sociedad en la que la cultura del cuidado sea central. En la ley se dice que un requisito para poder acceder a la "prestación" de la eutanasia (qué cinismo, "prestación", qué mal suena), es informar de la posibilidad de acceder cuidados paliativos integrales. Pero decir a la persona sufriente que tiene la opción de optar por los cuidados paliativos, para marcar un clic en el expediente, no es ofrecer cuidados paliativos.

Ofrecer cuidados paliativos es cuidar de hecho, dar cuidados en todo el proceso de la enfermedad, e intensificar esos cuidados cuando es necesario. Es controlar el dolor, es control de otros síntomas, es ayuda domiciliaria, es atención psicológica, es calidad de vida. Trabajo en un centro en el que se ha apostado por los cuidados paliativos desde hace tiempo y tenemos un servicio de cuidado paliativos excelente. Sé que nos falta y sé lo que cuesta crear un equipo multidisciplinar, formarlo, darle continuidad, dimensionarlo. Pero si no se persigue, no se consigue.

Como se trata de un problema real, puede sonar lógico tener una ley con un título tan elegante como "de regulación de la eutanasia". Pero todo pasa por desarrollar primero una estructura de cuidados adecuada, después ya veremos qué necesitamos regular. Ojalá seamos capaces de ponernos a trabajar de verdad para tener los mejores cuidados paliativos de Europa. Podemos hacerlo, y conseguiríamos ser verdaderamente líderes en avance social.


Enrique Aubá, 24 de julio de 2021

Gratitud desde el sosiego

Estando ya mi casa sosegada .... La pintura está titulada la "La lectora", es de Isabel Guerra (1947 - ), "la monja pintora&q...