martes, 30 de mayo de 2023

Siempre nos quedará la lectura

 

Escribir en el blog es para mi un ejercicio, y no escribo desde noviembre, desde hace seis meses, es cierto. Pero es que... cuando no sale, no sale. Las motivaciones para escribir en cada persona supongo que son diferentes:  yo necesito algo que querer compartir, ánimo y tiempo. Ánimo es energía, es capacidad de hilar ideas o imágenes en un texto, es algo de creatividad. Tiempo es serenidad, es necesario cierto margen y sosiego. Alguno de estos elementos me ha debido faltar en estos meses, aunque este parón también lo entiendo como parte del ejercicio, de todo se aprende. Otros con más técnica y creatividad innata probablemente sean capaces de escribir sin energía ni tiempo, y de ahí nacen valiosos relatos desde la oscuridad. Pero eso no está al alcance del común de los mortales.

De todos modos, aunque no esté para compartir escribiendo, puedo compartir lo que leo, eso no he dejado de hacerlo. Y tampoco está de más animar y compartir lecturas en los tiempos que corren. Leo desde hace tiempo, a veces más, a veces menos, pero no lo dejo. Algunos piensan que soy un gran lector, yo no lo creo. Disfruto con la lectura y soy constante, pero en el país de los ciegos el tuerto es el rey. Se lee poco, hay que reconocerlo. Hay mucha gente que lee, pero la mayoría de gente que uno tiene alrededor lee poco, por lo que hay muchísima más gente que no lee que gente que lee. Algo tiene que ver con los medios audiovisuales en los que vivimos, que también nos entretienen y nos instruyen, pero de una manera que debe ser equilibrada y compaginada con la lectura. Hace poco, en una charla sobre adicciones comportamentales, en concreto sobre adicciones mediadas por la tecnología, me venía a la cabeza que la redención de la adicción es posible, y en gran medida nos llega por la lectura. Cuando leemos, somos más protagonistas y llevamos el control de nuestros procesos mentales de una manera que no sucede con lo audiovisual, que nos sujeta y nos lleva a su ritmo.

Cada uno tiene sus hábitos o trucos para leer, que para otros pueden ser claves que le ayuden. A mi me ayuda el "obligarme" a leer diez páginas al día del libro que tengo entre manos en ese momento, no más. Empecé proponiéndome diez minutos, pero es mejor diez páginas, porque se trata de avanzar, y si uno se distrae, pues hay que cumplir con esa "cuota diaria" de lectura. Así, se lee mucho, poco a poco. Obviamente, cuando uno coge ritmo y se engancha, pues lee más, si tiene tiempo. Pero diez páginas está bien. Y lo que al principio es disciplina, enseguida se convierte en un espacio que se desea.

La elección del libro es interesante. Siempre hay que estar atento a libros que a uno le llaman la atención, de acuerdo con intereses o intuiciones, escuchar y filtrar recomendaciones, pedir opinión, buscar información. Pero lo mejor es pasarse de vez en cuando por la librería y hojear, tocar, dejarse sorprender por las portadas, leer contraportadas. Así, uno va teniendo una lista de posibles lecturas -una lista material, tal cual, en la que las primeras posiciones se mueven-, de manera que, cuando terminas el libro, es el estado de humor del momento el que tiene la última palabra para elegir el siguiente. Si uno ha rumiado y deseado las lecturas, es difícil equivocarse. Lo que está claro es que el libro se elige, o se deja al libro que te elija, pero no se coge uno al azar entre una colección de 500 libros, ya sean digitales o en papel. No está el tiempo para desperdiciarlo. Por cierto: cuando uno se da cuenta de que se ha equivocado... no pasa nada por abandonar en la página 100, después de haberle dado un voto de confianza. Lo dicho, que no está el tiempo para desperdiciarlo.

Aunque tengo Kindle, prefiero leer en papel, y merece la pena una buena traducción y una edición agradable aunque haya que comprarla. No es dinero tirado a la basura, porque alguien se beneficiará después. Uno de los grandes placeres de disfrutar un buen libro es encontrar a alguien que lo lea a continuación para comentarlo, el entusiasmo por una buena lectura es muy contagioso.

Tuve profesores en el colegio que sembraron el interés de la lectura, como don A, gran humanista. N (ahora don N) me enseñó a leer con una octavilla en el libro, para anotaciones: una cita o alguna reflexión o impresión. No he dejado de hacerlo, me ayuda. Así, desde la adolescencia siempre he leido algo, pero el ritmo lo cogí de verdad con la carrera avanzada, en concreto en el quinto curso de Medicina, después de los exámenes del primer semestre.  Primero cogí un libro de aventuras submarinas, "Amenaza bajo el mar", de Clive Cussler, todo vale. Y a continuación leí en tres semanas "El Quijote", en los dos tomos de Clásicos Castalia que por entonces se ponían en la universidad a disposición de los alumnos en la colección que se llamó PLC, "Para leer en casa". Años más tarde volví a leer una segunda vez el Quijote, en la misma edición. Luego ha habido temporadas más lentas, pero ahí empecé a leer con pasión, y a esa emoción uno siempre desea volver. 

Bueno, que hoy no se trataba de escribir sino de compartir lecturas. Copio a continuación la relación de libros que he leído en los últimos seis meses, desde que no escribo. Están por orden de lectura, e intento mencionar la motivación para elegir el libro aunque luego haya sido un error, y alguna de las impresiones que anoto en la octavilla correspondiente. Quizá el proceso le interese a alguien, o alguno de los libros. El que tenga comentarios o sugerencias, que diga. Y yo, a ver si escribo. Al menos, con este post he conseguido que los seis meses sin escribir en el blog no se conviertan en siete.



Enrique Aubá, 30 de mayo de 2023


Novelas leídas en los últimos seis meses, por orden de lectura:

"La saga de Vigdis", Sigrid Undset (1909)
Me lo había regalado por mi cumpleaños después del verano mi tía C, gran lectora. Había leído una reseña, estaba en mi lista. Escandinavia medieval. Cultura vikinga, violencia. Una mujer con coraje. Brutalidad, dolor, trauma. Supervivencia, vínculos, amor, familia. Pasión, odio, venganza, perdón. Publicada por Sidrid Undset (Noruega) en 1909, recibe el premio Nobel de Literatura en 1928. Parece "Juego de Tronos" (serie de la que no he visto nada), pero se trata más bien de "La Ilíada" en contacto con el cristianismo. Merece la pena. Me ha encantado. En algún momento leeré la trilogía de la misma autora de "Cristina, hija de Lavrans", me lo anoto.

"El gigante enterrado," Kazuo Ishiguro (2015)
Se lo había regalado a un amigo hace varias navidades, era yo el que en realidad quería leerlo. Mágico relato ambientado en la Edad Media de Arturo y Merlín. Guerreros, caballeros, monjes, barqueros. Bestias, duendes, orcos, dragones. Un matrimonio anciano sale en busca de su hijo, apoyados en su amor, peleando contra el olvido. "Buena mujer, ¿estáis segura de que queréis libraros de esta niebla?, ¿no es mejor que ciertas cosas se mantengan ocultas para nuestras mentes?

"La puerta de las estrellas", Ingvild H. Rishoi (2022)
Lo vi en la librería cuando iba a comprar unos Christmas y un libro para regalar. Este lo compré para mi, para ambientarme en las fechas navideñas. Además, estas ediciones de Galaxia Gutenberg entran por los ojos. Noruega, dos hermanas con un padre alcohólico, venden abetos en invierno, amistad, ... un cuento clásico de Navidad, como los de Andersen.

"El pasajero/Stella Maris", Cormac McCarthy (2022)
Novela doble de Cormac McCarthy, escrita a sus 89 años, 16 años después de su última novela. Dos hermanos y otros personajes, desorientación existencial, angustia, confusión, sentido, motivación, relaciones. Disgresiones filosóficas, matemáticas, física, religión, música, lenguaje, ... Hospital psiquiátrico, realidad o distorsión, salud o enfermedad, dónde está el límite, ideas de sucidio, percepciones e interpretaciones, alucinaciones, delirios y conspiraciones. Puedo decir que he entendido un 60%, más o menos. Pero disfrutando cada página, y la volveré a leer. Qué cosa.

"Un abril encantado", Elizabeth von Armin (1922)
Me lo había regalado mi hermana M el pasado verano, en un acto de compasión de esos en los que uno también puede regalar una caja de bombones. Quizá sea lo mejor que he leído en los últimos seis meses. Dos mujeres con sus rutinas en el nublado invierno londinense, sueñan con vergüenza al ver la publicidad de una casa para alquilar en Italia en primavera... ¿y si nos vamos? Deliciosa novela que retrata caracteres y anhelos universales, conjuga divertidos enredos de la convivencia con profundas verdades existenciales: el poder transformador de la belleza, el derecho a la felicidad, la perspectiva que da el descanso y una ligera distancia de las responsabilidades, la necesidad de revitalizar o redescubrir el amor en la vida. Aunque escrito hace un siglo, se trata de un relato que no ha perdido actualidad y con propuestas refrescantes dentro de una elegante continuidad biográfica. Especialmente recomendable para toda persona en sus cuarenta o cincuenta, o para cualquiera en medio de una ola de frío.

"Las gratitudes", Delphine de Vigan (2019)
Novela breve, recomendación de mi cuñada R. "Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias. Y con el miedo a morir. Forma parte de mi oficio." Amable lectura.

"Lo que no se ve", Jesús Montiel (2020)
No sé cuál es la fuente originaria, pero los libros de Jesús Montiel han corrido dentro la familia este año. Son una delicia, para degustar, un estímulo para la contemplación. "Me despierta el gallo de los vecinos y abro los ojos. Abrir los ojos es el trabajo de la esperanza. La esperanza abre los ojos de cada persona cada mañana, como los comerciantes la persiana de su negocio. Todos los días abrimos los ojos porque esperamos algo. Porque en el fondo, creemos que algo va a llegar, siempre. (...). Me arrodillo sobre la cama, abro la ventana y la luz desvela al pequeño equilibrista de tu cuadro (...). Uno quisiera no asumir el riesgo que implica estar vivo, ver el camino despejado y no tener que enfrentarse a la sorpresa, pero el riesgo es la garantía de nuestra libertad. Somos libres porque tenemos miedo. Tenemos miedo porque sabemos que no todo depende de nosotros."

"El Sunset Limited", Cormac McCarthy (2006)
Busco esta obra de teatro de McCarthy después de haber leído El pasajero/Stella Maris. Esta obra es la conversación entre un hombre blanco agnóstico que quiere suicidarse (arrojándose a la vía del tren Sunset Limited) y un hombre negro religioso que quiere ayudarle. ¿Hasta dónde es posible el diálogo? Interesante. Al parecer, se hizo una película en 2011, bien valorada, protagonizada por Tomy Lee Jones y Samuel L. Jackson, pero que me ha sido imposible de localizar.

"La fiesta", Margaret Kennedy (1950)
Me encuentro esta novela británica y la cojo creyendo haber encontrado otro "abril encantado". El planteamiento es interesante, pero me pierdo con los excesivos personajes y me aburro sobremanera, aunque la termino. No siempre se acierta. A otros les puede gustar.

"El inventor de historias", Marta Rivera de la Cruz (2007)
Después de aburrirme con "La fiesta", quiero retomar ritmo con algo fácil y amable. De Marta Rivera de la Cruz me gustaron en su momento "En tiempo de prodigios", "Hotel Almirante", "La importancia de las cosas", "La vida después". "El inventor de historias" lo tenía por mi casa. Me entretiene, aunque sin más. Un tipo que inventa historias, rehace vidas, construye biografías. Tiene interés la fuerza de las narrativas, la mentira, la necesidad de tener historia propia y continuidad biográfica... pero sin más, a la novela le falta ritmo, credibilidad, proporción. Agradable, eso sí.

"Segunda casa", Rachel Cusk (2021)
De esas novelas internacionales, en este caso canadiense, que descubre la editorial Asteroide.
Sugerente introspección, autoestima y relación, admiración e idealización, destrucción y construcción.
"El patrón del cambio y la repetición está profundamente ligado a la particular armonía de la vida, y el ejercicio de la libertad está sujeto a él como una disciplina. Los cambios hay que consumirlos con moderación."
"Cuando mi hija tenía unos trece años me preguntó cuáles creía yo que eran los límites de mis obligaciones hacia ella. Creo que tengo la obligación de dejar que te vayas - dije, después de pensarlo bien-, pero si eso no sale bien, creo que tengo la obligación de responsabilizarme de ti para siempre. Bien."
"Llega un momento en la vida en que comprendes que ya no es interesante que el tiempo avance hacia delante; mejor dicho, que su manera de avanzar hacia delante ha sido el pilar central de la ilusión de la vida, y que mientras esperabas a ver qué pasaba a continuación te iban robando poco a poco todo lo que tenías."

"Los ojos vendados", Siri Hustvedt (1994)
Hace tiempo leí de la autora "Elegía para un americano", me gustó, así como la "Trilogía de Nueva York" de Paul Auster, su marido. Yo no soy capaz de distinguir a Paul Auster de Siri Hustvedt, o me suenan a lo mismo, si bien es verdad que no he leído mucho de la una ni del otro. Pero saben escribir. Por cierto, Siri es Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019. Esta es una de esas novelas que me interesan por la parte psiquiátrica o psicológica. Nueva York, una recién licenciada en Literatura, recibe encargos extraños, busca, se busca, encuentros, seducción y apego, patología, deambular por la vida. Está bien, es redonda.

"La cena", Herman Koch (2009)
Me lo había recomendado G hace años, estaba en mi lista, y por fin lo cojo. Y me encanta. Una cena, dos matrimonios. Tensiones y rabia contenida ante expectativas y convencionalismos sociales. Valores, educación, protección en el núcleo familiar. Violencia y racismo, vergüenza y escándalo, conciencia y culpa. Crudo relato, redondo y bien escrito.

"Canción de cuna", Jesús Montiel (2022)
Otro del autor que circula entre los hermanos, este ejemplar creo que es de C, la rubia. Preciosa prosa poética dedicada a la madre, a quien solo podemos agradecer sus desvelos desinteresados y quien también puede necesitar ser cuidada, cantada y acunada. "Mi madre es un instante de mucha luz en un día de tormenta. Cuando la miro, dejo de estar a oscuras". "Mamá, quisiera decirte, soy yo quien te va a acunar ahora". El libro tiene también interesantes reflexiones e imágenes sobre el miedo, el sufrimiento, la oscuridad. "Es algo que uno aprende con el tiempo: los adultos sufren y tienen miedo, no están a salvo de las guerras que asolan al niño. También los padres lloran y patalean, no comprenden las cosas y tienen fiebre, pero sin que nadie los cuide. Por eso fabrican regazos artificiales: dinero, prestigio, una familia de postal. En el fondo, algo que nos dé la sensación de estar a salvo y no desnudos delante de la muerte. Cuantos más años cumplo veo más adultos muertos de miedo".  "El miedo es alguien que fabrica monstruos en la pared del cuarto  con la sombra de sus manos. La esperanza, la bombilla que desbarata su número. Cuando se enciende, lo que parecía terrible revela su naturaleza ridícula. El monstruo desaparece". "¿Y si la oscuridad de nuestras vidas acaba siendo la tinta de una frase que todavía no comprendemos?" "Es verdad todo el terror que hay en el mundo, pero el amor lo acorrala, ¿no te das cuenta?"

"La gran serpiente", Pierre Lemaitre (1985)
Para cuando el cuerpo te pide algo truculento. Soy un fan de la novela negra de Lemaitre, lo mejor lo tiene en la serie del comandante Verhoeven: "Irene", "Alex", Rosy & John", "Camille". Sin desperdicio, aunque hay que tener algo de estómago. "La gran serpiente" es la primera que escribió (1985) y la última en publicar (2022) es entretenida y disparatada, no defrauda a sus fans.

"Magallanes, el hombre y su gesta", Stefan Zweig (1938)
"Nadie lo sabe", Toni Gratacós (2022)
Estas dos novelas me han acompañado las últimas semanas, una detrás de otra. Llevaba unos meses viendo la novela de Gratacós en las librerías, me llamaba la atención, y me hice con ella, para leerla a continuación de la Zweig. Pensaba que así disfrutaría más la de Gratacós, y no me he equivocado. La navegación y la visión del mundo en el siglo XVI, España y Portugal, comercio, audacia, hazaña. Cinco naves viajan en una misión imposible dirigida por el visionario Magallanes. Un año después regresa una de las naves que se ha sublevado y negado a seguir con la locura del portugués, quien ha ejecutado a varios capitanes españoles. Y dos años más tarde, cuando todo había muerto y caído en el olvido, llega a Sevilla la nao Victoria, capitaneada por Juan Sebastián Elcano y otros 17 supervivientes, tras completar la vuelta al mundo. ¿Qué ha sucedido en medio? Antonio Pigafetta escribió una detallada crónica del viaje que a su vez deja muchas lagunas. Gratacós escribe una apasionante novela de lo que pudo suceder en esos vacíos y en las trastiendas, hilando ficción y realidad. Héroes, traidores, hechos ocultados, espías, intereses, amores, ambición... entretenidisima. En realidad, nadie lo sabe del todo, y todo puede ser.

Gratitud desde el sosiego

Estando ya mi casa sosegada .... La pintura está titulada la "La lectora", es de Isabel Guerra (1947 - ), "la monja pintora&q...