sábado, 24 de julio de 2021

Eutanasia y cuidados








Algo me chirría con la reciente ley de eutanasia. Algo se me desgarra por dentro. Voy a hacer un ejercicio para intentar comprender por qué me siento tan mal cuando leo el planteamiento de la ley. Y por qué me he sentido insultado como médico ante el manual de "buenas prácticas" de eutanasia, publicado por el Ministerio de Sanidad el pasado 7 de julio, San Fermín.

Entiendo que la ley de eutanasia tiene relación con algo real, sin duda. Dejo a un lado creencias, que las tengo, y dejemos a un lado la ideología que impulsa a algunos, que la hay. Hay personas que sufren en la última etapa de la vida, ya sea por dolor, por condiciones materiales deficientes, por no tener un entorno familiar cohesionado, o por falta de afecto o recursos. Y hay familias que lo pasan mal cuando no son capaces de atender a personas con enfermedad avanzada. Se sienten impotentes al no poder aliviar el sufrimiento, o por no poder pasar juntos todo el tiempo que quisieran, o por no disponer de los mínimos recursos y condiciones para vivir dignamente. Tenemos un problema real.
 
Pero la ley de eutanasia no es la solución para el problema real. La ley de la eutanasia no viene a solucionar el problema individual sino a generar otro problema social. El primer efecto de la ley de la eutanasia no es ayudar a morir bien a personas con enfermedad avanzada y sufrimiento, sino promover que se pida adelantar el momento de la muerte. Y esto es un error. Un error gordo. Queremos vivir y anhelamos no dejar de estar juntos. No tiene sentido promover la muerte, esta ley es un contrasentido.
 
Nos dedicamos a cuidar. Cuidamos a los demás, nos dejamos cuidar, cuidamos unos de otros. La solución al problema real es conseguir una sociedad en la que la cultura del cuidado sea central. En la ley se dice que un requisito para poder acceder a la "prestación" de la eutanasia (qué cinismo, "prestación", qué mal suena), es informar de la posibilidad de acceder cuidados paliativos integrales. Pero decir a la persona sufriente que tiene la opción de optar por los cuidados paliativos, para marcar un clic en el expediente, no es ofrecer cuidados paliativos.

Ofrecer cuidados paliativos es cuidar de hecho, dar cuidados en todo el proceso de la enfermedad, e intensificar esos cuidados cuando es necesario. Es controlar el dolor, es control de otros síntomas, es ayuda domiciliaria, es atención psicológica, es calidad de vida. Trabajo en un centro en el que se ha apostado por los cuidados paliativos desde hace tiempo y tenemos un servicio de cuidado paliativos excelente. Sé que nos falta y sé lo que cuesta crear un equipo multidisciplinar, formarlo, darle continuidad, dimensionarlo. Pero si no se persigue, no se consigue.

Como se trata de un problema real, puede sonar lógico tener una ley con un título tan elegante como "de regulación de la eutanasia". Pero todo pasa por desarrollar primero una estructura de cuidados adecuada, después ya veremos qué necesitamos regular. Ojalá seamos capaces de ponernos a trabajar de verdad para tener los mejores cuidados paliativos de Europa. Podemos hacerlo, y conseguiríamos ser verdaderamente líderes en avance social.


Enrique Aubá, 24 de julio de 2021

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