jueves, 12 de septiembre de 2024

Revisitar el Concilio Vaticano II

"¡Cuánta riqueza, queridos hermanos y hermanas, en las orientaciones que nos dio el Concilio Vaticano II! (...) A medida que pasan los años, aquellos textos no pierden su valor ni su esplendor. Es necesario leerlos de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados (...) Siento más que nunca el deber de indicar el Concilio como la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX. Con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza". San Juan Pablo II (Novo Millennio Ineunte n. 57, 2001)

Curso de vida cristiana (2024-25) que vamos a llamar “Revisitar el Concilio Vaticano II”. Son muchas las perspectivas y motivaciones para adentrarse en el Concilio Vaticano II más de medio siglo después. A finales de 2025 se celebrará el 60 aniversario de la clausura del concilio, este curso puede ser una buena ocasión para conocerlo y masticarlo, para hacerlo propio.

El Concilio Vaticano II (octubre 1962 - diciembre 1965) es el acontecimiento eclesial más importante del siglo XX, recoge lo previo y dibuja lo posterior, en lo que ahora estamos. El Concilio Vaticano II es el primer concilio de la Iglesia de este mundo hiperconectado, y tiene lugar en un momento de la historia de occidente en el que quizá pueda decirse que comienza la globalización, cuando los medios de comunicación han pasado a tener otro tipo de presencia e influencia. 


El Concilio Vaticano II es el del diálogo con el mundo contemporáneo, un diálogo que se abrió de manera formal con el concilio y ya no se volverá a cerrar. “En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de su propio poder, se formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución presente del mundo, sobre el puesto y la misión del hombre en el universo, sobre el sentido de sus esfuerzos individuales y colectivos, sobre el destino último de las cosas y de la humanidad”  (Gaudium et spes 3, quizá el documento más importante del concilio). Y dice al final en el punto 92, para promover un diálogo sincero y abierto: “Haya unidad en lo necesario, libertad en lo dudoso, caridad en todo”.


El Concilio Vaticano II es de grandes teólogos y de grandes papas, de papas santos. Juan XXIII lo inaugura de una manera quizá visionaria, con una audacia santa y confianza en la acción de Dios. Pablo VI lo continúa y cierra en un ejercicio de trabajo teológico, erudición, diálogo, consenso, política, fortaleza, fidelidad, tanto en la segunda parte del concilio como en el postconcilio inmediato. Juan Pablo I, une en el nombre que elige para sí los nombres de los papas del concilio, y muestra hacia dónde se trata de ir. Juan Pablo II, que había participado en el concilio, es quien llevará a cabo la aplicación del concilio con todas sus consecuencias. Contará con la ayuda de Joseph Ratzinger, quien también había trabajado en el concilio, y que después continuará como Benedicto XVI. El papa Francisco, al poco de comenzar su pontificado, en 2014, canoniza a Juan XXIII y a Juan Pablo II, y beatifica a Pablo VI, quien será canonizado en 2018. Grandes santos y referencias para entender la Iglesia del concilio y la Iglesia de hoy.


El Concilio Vaticano II es también conocido por su postconcilio inmediato, el “mayo del 68”, el de la reacción contra toda forma de autoridad y la revolución sexual, crisis en la sociedad y crisis en la propia Iglesia. La Humanae Vitae. Y tantos temas y textos. Recientemente he escuchado al autor del ensayo “De mayo del 68 a la cultura woke”, más que interesante. Todo conecta.


El Concilio Vaticano II es el del papel los laicos en el mundo y de la llamada universal a la santidad, parte central del mensaje que Dios ha querido transmitir con el Opus Dei en la Iglesia y para el mundo desde las décadas previas al Concilio, y aquí está otra parte importante de mi motivación para este curso. San Josemaría no participó directamente en el concilio, sí algunos miembros del Opus Dei. “Conversaciones” (Josemaría Escrivá, 1968), es una "recolección de siete entrevistas de prensa concedidas entre 1966 y 1968, a las que se añade una homilía, pronunciada en 1967, ante una asamblea de varios miles de personas. En la segunda mitad de los años sesenta —época en que se sitúan los textos incluidos en Conversaciones—, el Opus Dei estaba ya extendido por numerosos países de los cinco continentes e integrado por varias decenas de miles de personas, hombres y mujeres, de las más diversas profesiones, condiciones sociales, razas y culturas. La Iglesia católica acababa de celebrar un gran acontecimiento —el Concilio Vaticano II—, y afrontaba el proceso de aplicación de la decisiones conciliares. La cultura occidental, lejanos ya los días de la segunda guerra mundial, se veía surcada por tensiones, que se manifestaron en toda su hondura con motivo de los sucesos de mayo de 1968 y de los acontecimientos que le siguieron. Todo un conjunto de factores políticos, geográficos y tecnológicos, permitían, además, entrever que el mundo se orientaba hacia lo que, posteriormente, ha sido designado como la era de la globalización. A lo largo de las páginas de Conversaciones, el fundador del Opus Dei habla con la madurez que le otorgan su edad —ha superado ya los sesenta años— y, sobre todo, su honda experiencia humana, cristiana y sacerdotal, glosando detenida y ampliamente los rasgos fundamentales del espíritu y la actividad del Opus Dei, y manifestando con sinceridad y equilibrio su parecer sobre diversas cuestiones eclesiológicas y culturales. Estamos, por eso, ante una obra de capital importancia para captar el mensaje espiritual que san Josemaría durante toda su vida aspiró a difundir y para asomarse al conocimiento de su personalidad." (De la presentación de la edición crítico-histórica de Conversaciones, José Luis Illanes y Alnfoso Méndiz, 2011).


El Concilio Vaticano II y la historia del siglo XX-XXI es una prueba más de que esto va de otra cosa, de que Dios tiene bastante que ver con el discurrir de la historia, de que el Espíritu Santo es el protagonista de la historia de la salvación, de que se trata de “hacer”, sí, pero fundamentalmente de “confiar”.


Este curso de vida cristiana está por construir, entre los que participemos, conforme nos vayamos uniendo y conforme nos de la vida. ¿Cuál es la perspectiva o temas que más te interesan o motivan? El objetivo es aprender juntos, leer y comentar textos, profundizar, asimilar, rezar, crecer, ayudarnos. Ahí queda eso.



Enrique Aubá, 12 de septiembre de 2024, día del Dulce Nombre de María

Actualizado 19 de enero de 2025



240909 Presentación. Justificación, motivaciones, perspectivas

(lo expuesto en este post y algo más)

https://docs.google.com/document/d/1JXZINYigBOKNyiU6MNil2iZEt-CDHBWidksOVwRpK1E/edit?usp=sharing


240916 Cronología del Concilio Vaticano II

Convocado por el papa Juan XXIII, lo anunció el 25 de enero de 1959. El Concilio constó de cuatro sesiones: la primera de ellas partir de octubre de 1962. Juan XXIII no pudo concluir este Concilio, ya que falleció un año después, el 3 de junio de 1963. Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el papa Pablo VI, hasta su clausura el 8 de diciembre de 1965.

https://docs.google.com/document/d/1gGH5oOSSfn-NMEdN2xylyT_xcGVXAORLL2IVV8PHZ1A/edit?usp=sharing


240923 Bibliografía, recursos y fuentes sobre el Concilio Vaticano II

Algunos recursos (en construcción)

https://docs.google.com/document/d/1nUgw24xQHRFV6rrCxiiB5Up3FxeiwTO9OSDkvXDk0mc/edit?usp=sharing


240923 El Papa Francisco sobre el Concilio Vaticano II - 11 octubre 2022

"La Iglesia, por primera vez en la historia, dedicó un Concilio a interrogarse sobre sí misma, a reflexionar sobre su propia naturaleza y su propia misión (...) Hay que mirar la Iglesia ante todo desde lo alto, con los ojos enamorados de Dios. Preguntémonos si en la Iglesia partimos de Dios, de su mirada enamorada sobre nosotros (...) Redescubramos el Concilio para volver a dar la primacía a Dios (...) Volver a encontrar en la mirada del Señor crucificado y resucitado la alegría perdida, para concentrarse en Jesús. Reencontrar la alegría, una Iglesia que ha perdido la alegría ha perdido el amor (...) El Concilio nos recuerda que la Iglesia, a imagen de la Trinidad, es comunión (cf. Lumen gentium, 4.13). El diablo, en cambio, quiere sembrar la cizaña de la división. No cedamos a sus lisonjas, no cedamos a la tentación de la polarización. Cuántas veces, después del Concilio, los cristianos se empeñaron por elegir una parte en la Iglesia, sin darse cuenta que estaban desgarrando el corazón de su Madre".

https://docs.google.com/document/d/1FuHvnJ4uspQyFduwtiDnh9pf4jjfu4Bq2_Je_zN5dRI/edit


200930 Anuncio, convocatoria y apertura del Conciclio Vaticano II - 1959-1962

"La Iglesia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad, que traerá consigo profundas mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la Iglesia tiene ante sí misiones inmensas, como en las épocas mas trágicas de la historia. Porque lo que se exige hoy de la Iglesia es que infunda en las venas de la humanidad actual la virtud perenne, vital y divina del Evangelio".

https://docs.google.com/document/d/1d_2eGKhHmtHcgcbQJ3DcnpyZmKk3lN2gvJJl8_xsoGc/edit?usp=sharing


241007 Benedicto XVI sobre el concilio Vaticano II
"el cristianismo, que había construido y plasmado el mundo occidental, parecía perder cada vez más su fuerza creativa. Se le veía cansado y daba la impresión de que el futuro era decidido por otros poderes espirituales. El sentido de esta pérdida del presente por parte del cristianismo, y de la tarea que ello comportaba, se compendiaba bien en la palabra “aggiornamento” (actualización). El cristianismo debe estar en el presente para poder forjar el futuro. Para que pudiera volver a ser una fuerza que moldeara el futuro, Juan XXIII había convocado el concilio sin indicarle problemas o programas concretos. Esta fue la grandeza y al mismo tiempo la dificultad del cometido que se presentaba a la asamblea eclesial".

https://docs.google.com/document/d/1KS_6Yn1GZLPjnp9gKJlddUfBPQB-33d4CmTt-fsvWlk/edit?usp=sharing


241014 Contexto histórico y cultural previo al concilio Vaticano II

... la modernidad, el mito positivista del progreso, secularidad, anticlericalismo, las tesis de Freud sobre el inconsciente, el desastre de la primera guerra mundial, la utopía marxista, el fascismo y el nazismo, totalitarismos, segunda guerra mundial y postguerra, comunismo, fenomenología, existencialismo, personalismo, movimiento bíblico, novimiento litúrgico, movimiento misionero, movimiento ecuménico, movimienti mariano, Nouvelle Theologie, ...

https://docs.google.com/document/d/1C3PuXsk9SX_RE4_mR2842UaVe3ySakioNN85dol367s/edit?usp=sharing


241021 El concilio Vaticano II frente al pensamiento moderno (Frings - Ratzinger)

... a dar una conferencia sobre El Concilio Vaticano II frente al pensamiento moderno. El anciano arzobispo de Colonia la pronunció el 20 de noviembre de 1961, pero, como estaba saturado de trabajo, pidió ayuda al entonces joven profesor Joseph Ratzinger, teólogo de su confianza, quien escribió todo el texto que, después, fue publicado, obviamente, con el nombre del cardenal. Así llegó hasta Juan XXIII, que lo leyó, y, en una audiencia posterior, abrazó al cardenal Frings, diciéndole: «Precisamente, éstas eran mis intenciones al convocar el Concilio». Entonces, el cardenal sintió el deber de revelar al Papa quién era el autor de aquellas páginas.


241028 Desarrollo del concilio Vaticano II: las cuatro fases

Cuatro sesiones, los cuatro otoños entre 1962 y 1965. Juan XXIII ¿pensando que en naviadades de 1962 todo terminado? Replantaeamiento a los esquemas, estilo y contenido en el primer periodo. Fallece Juan XXIII, Pablo VI retoma y reconduce el concilio. Segundo periodo de transición. Tercer perdiodo abordando los grandes temas, con choques y tormentas, se aplazan para el cuarto periodo los grandes documentos. Concluisión pacífica, armómica, con gran consenso y mirada esperanzada al futuro.

https://docs.google.com/document/d/1471C_A5sD9CeCIwzTSB0uzpiVU7J_CFwjGKOY6E-O4w/edit?tab=t.0


241104 Pablo VI ante el Concilio Vaticano II

Juan XXIII fallece en junio de 1963, tras un arranque del concilio en el que sus planteamientos han sido cuestionados y reformulados. Todo por hacer. Pablo VI, nada más ser elegido, manifiesta su intención de continuar con el concilio. Abre el segundo periodo en septiembre de 1963 con un solemne discurso. Y un año después de haber sido elegido Papa, ante el inicio del tercer período del concilio, escribe su primera encíclica, Ecclesiam Suam. El segundo periodo puede considerarse un periodo de transición en el que el nuevo Papa redefine la manera de trabajar. El tercer periodo se antoja crucial, y Pablo VI escribe una encíclica que resume los retos del concilio y de la Iglesia ante el mundo contemporáneo y que, de alguna manera, pone las bases para la segunda mitad y cierre del concilio con sus principales documentos.


241111 Relación de documentos del Concilio Vaticano II

Dieciséis documentos en total: cuatro Constituciones dogmáticas, nueve Decretos y tres Declaraciones.


241118 Gaudium et spes, la Iglesia en el mundo actual

Último texto que se promulgó en el Concilio Vaticano II, el texto en el que la Iglesia dialoga con el mundo, se dirige a toda la humanidad, el más relevante hacia fuera (Ecclesia ad extra), aunque el teológicamente más importante probablemente sea Lumen Gentium (Ecclesia ad intra). El mundo está necesitado. La Iglesia se dirige a toda la humanidad porque sabe que tiene algo que decir al mundo, sabe que tiene algo que contar a la humanidad sobre qué es el hombre.


241125 Lumen Gentium, el misterio de la Iglesia

La constitución Lumen Gentium es el documento más solemne del concilio Vaticano II, la reflexión sobre la propia Iglesia, Ecclesia ad intra. La Iglesia es un misterio, reflejo de la Trinidad. Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo. La Iglesia es sacramento, instrumento de salvación. La Iglesia es comunión jerárquica de fieles. Dimensión escatológica de la Iglesia. María, madre de Dios, madre de la Iglesia.


241202 Sacrosanctum Concilium, sobre la Liturgia

El primer documento aprobado por el concilio. Trata sobre la Liturgia, la celebración del misterio. La presencia de Cristo entre nosotros hace la Iglesia: Dios es lo primero. Sobre la actualización / renovación de la liturgia y su promoción, proponiendo la participación plena y activa de todos los fieles. Tiene aplicaciones prácticas, como el uso de la lengua vernácula, participación dialogada, el canto, la liturgia de la palabra, y más.


241216 Dei Verbum, sobre la Revelación

La tercera en promulgarse de las cuatro grandes constituciones del Concilio Vaticano II, el noviembre de 1965, durante el cuarto y último periodo conciliar. Trata sobre la Revelación de Dios a los hombres a lo largo de la historia, su plenitud en Jesucristo, y la transmisión de la Revelación a través de la Escritura y Tradición. Trata también de la inspiración de la Sagrada Escritura, de la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y de los criterios con los que la Iglesia se aproxima a la Escritura.


250113 Inter Mirifica, sobre los medios de comunicación social

Primer decreto del Concilio Vaticano II (4 de diciembre de 1963), primer concilio con un documento sobre los medios de comunicación. Mons. Celli: “La Iglesia empieza a confrontarse, a medirse, asumiendo una responsabilidad más profunda con los medios de comunicación. A esto está ligado el tema de la evangelización: el derecho de cada hombre de tener apertura a la información y, al mismo tiempo, la expresión de una maravilla, la Verdad, frente a las tecnologías que la Iglesia encuentra en sus manos caminando en el mundo”.

https://docs.google.com/document/d/1iTCbD6iZtLD5WntQDcuVtmMQ5XtLoGBM4N0T4dFjTEg/edit?tab=t.0


250120 Unitatis Redintegratio, sobre el ecumenismo

Decreto del Concilio Vaticano II dedicado al ecumenismo, a la unidad de los cristianos y de las confesiones cristianas, promulgado el 21 de noviembre de 1964. En este octavario por la Unidad de los cristianos 2025 tenemos reciente el 60 aniversario del documento. “El restablecimiento de la unidad entre todos los cristianos es una de las principales preocupaciones del Concilio Vaticano II", así comienza el documento. "Única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo" (UR 1). El movimiento ecuménico, surgido por la gracia del Espíritu Santo, lo constituyen "las actividades e iniciativas que, según las variadas necesidades de la Iglesia y las características de la época, se suscitan y se ordenan a favorecer la unidad de los cristianos". 

https://docs.google.com/document/d/1qS9lwKFytC1k3M55oPbrxinmCvosGo21FIszjaz69_A/edit?tab=t.0


lunes, 2 de septiembre de 2024

Una flor en la ceniza (con Alejandro Sanz)

Tenía pendiente una historia, no encontraba la manera ni el momento hasta ahora. Se trata de la paciente de un amigo y colega psiquiatra. Para que no quepa duda de que la historia es real, voy a dar datos: en crudo, omitidos o traslocados, pero doy datos, por lo que lo que cuento es verdad, o lo que eso quiera decir. Ocurrió en 2023, los meses previos al verano. Erica, así se llama la paciente, tiene 53 años, vive en Madrid —en el gran Madrid, digamos—, y sufre de esquizofrenia y de esclerosis múltiple. Sí, no se priva de nada.

(Paréntesis: esquizofrenia y esclerosis múltiple a la vez es una comorbilidad realmente poco frecuente, pero puede tener lugar, y vaya que sí, que se lo digan a Erica. Desde los 21 años presenta fenómenos de difusión del pensamiento, ideas delirantes autorreferenciales y de perjuicio, y escucha voces. Tiene desde sus más o menos 40 unos síntomas motores que se explicaban inicialmente como otro síntoma de la esquizofrenia, pero los síntomas fueron cambiando y hace dos años fue diagnosticada de esclerosis múltiple. De comienzo tardío creo que le llaman. Erica, a sus cincuenta y pocos, va con bastón, andador o silla de ruedas, la limitación es cada vez mayor).

Aunque tiene poco más de 50, parece tener entre 65 y 70, como que ha envejecido antes, además de ir poco arreglada y de natural ser "poco agraciada". Sé que suena mal, pero me insisten en que el conjunto no es feo, es amable, fácil de querer, invita a abrazar y proteger. Es como una figurita de un belén. Para su padre siempre fue su ojito derecho, su tesoro, su princesa le decía, y ella ha crecido imaginándose la protagonista de un cuento, como si fuera... Cenicienta. Esto viene de cuando iba al colegio y el profesor de Ciencias hizo un juego con su nombre: Erica, brezo, Erica cinérea, brezo ceniciento, un tipo de brezo, áspero, como ella, con una pelusilla gris-ceniza, flores púrpura cuando toca, y que también se emplea para hacer miel. Cenicienta. Pero ella, en vez de sufrir con la burla de sus compañeras,lo que hoy consideraríamos un bullying en toda regla, se apropió en su interior del nombre del cuento, y soñaba despierta, crecía esperando que algo le pasara. No esperaba a un príncipe, tonta no era, pero sí a alguien que no llegaba, no ha llegado... ni probablemente llegará. "Erica", por cierto, es nombre de origen germano que significa "reina eterna", o también, "mujer que siempre será princesa".

"Amiga mía, no sé / qué decir ni qué hacer para verte feliz / ojalá pudiera mandar en el alma / o en la libertad, que es lo que a él le hace falta / llenarte los bolsillos de guerras ganadas / de sueños e ilusiones renovadas / yo quiero regalarte una poesía / tú piensas que estoy dando las noticias"

La vida de Erica dio un vuelco en un determinado momento, pero no a mejor, sino a peor. No es que apareciera un hada madrina precisamente sino que su padre, su gran protector, murió. Peor quizá; murió en vida, entró en un proceso de demencia avanzada y perdió la memoria, también la memoria de su princesa. Desde entonces ella le cuida, porque él está, aunque no está para cuidar de ella. En realidad es Pilar quien le cuida, la hermana de su padre, porque la madre de Erica es quien de verdad no está. Erica hace al menos todo lo que puede por acompañar y tocar a su ausente padre. También desde entonces el gris de Erica fue cambiando de tono, se fue oscureciendo, aunque todavia quedaba para llegar al negro. ¿Depresión? ¿Y eso qué es? Pues eso, que estás triste. ¿Triste? Y se encogía aún más de hombros.

Quienes conocían a Erica de pequeña recuerdan, es curioso, que le gustaba bailar. Si le hablas de bailar recuerda en seguida la música: le brillan los ojos, a mi abuela le pasaba lo mismo, cuenta, me entra como electricidad, me da la vida. Pero solo recuerda: Erica está más muerta que viva.

"Amiga mía, ojala algún día / escuchando mi canción de pronto entiendas / que lo que nunca quise fue contar tu historia / porque pudiera resultar conmovedora / pero, perdona, amiga mía / no es inteligencia ni sabiduría / esta es mi manera de decir las cosas / no es que sea mi trabajo, es que es mi idioma"

Otra faceta interesante de Erica es su fe, no podía ser estándar. Erica es una mujer piadosa, no cabe duda, y tiene una peculiar y particular devoción a San Caralampio, tal cual, no es broma, existe. Caralampio es un mártir del siglo II en Éfeso —donde se piensa que también falleció el apóstol Juan—, que murió brutalmente torturado, descuartizado. A nuestra princesa sufriente el martirio de Caralampio siempre le ha resultado inspirador, y no es que le pida su curación pero sí el saber sufrir mejor, más allá de la resignación. Le pide sobre todo por su padre, que habita en algún espacio intermedio entre la vida y la muerte. En sus ensoñaciones Erica a veces se visualiza como Caralampia, "la que brilla con alegría", pero esa identidad de luz siempre se ahoga en sus propias cenizas.

Y resultó que, cuando todavía no era primavera en 2023, algo empezó a tener lugar. Seguía acudiendo periódicamente a consulta con su médico, y más frecuentemente a seguimientos con su enfermera. Las auxiliares de la consulta, que tanto le querían, fueron las primeras en darse cuenta. Empezó a estar... distinta, mejor. Se movía con más agilidad: pasó a acudir a la consulta sin silla de ruedas, con menos apoyo, se atrevía más. También estaba más guapa. Se maquillaba algo no sé yo decir cómo ni cuánto,  la cara lucía más, no era tan oscura y comenzaron a aparecer como tonos suaves de color. También se insinuó una tímida sonrisa. Era una transformación en toda regla: al principio sutil pero luego evidente. Estaba mejor, sin duda, con otra energía, como si le hubieran conectado de nuevo a la corriente eléctrica. A su médico le parecía un milagro, nunca le había visto así. ¿San Caralampio?, se reía para sus adentros. Decidió preguntárselo sin rodeos y obtuvo una respuesta clara con voz inocente y vergonzosa: es que... pues... a finales de junio... voy a ir a un concierto. ¿Cómo? Sí me voy con mi tía Pilar a Albacete a ver a Alejandro Sanz. Y ya está. Ese era el motivo. Estaba ilusionada: con Alejandro Sanz, con la música, con las letras, la electricidad volvía a ella. No había más. Ni menos.

"Y amiga mía, princesa de un cuento infinito / amiga mía, tan sólo pretendo que cuentes conmigo / amiga mía, a ver si uno de estos días / por fin aprendo, a hablar sin tener que dar tantos rodeos / que toda esta historia me importa porque eres mi amiga"

Y Erica fue al concierto, con su silla de ruedas en la zona reservada, allí estuvo, vibrando con Alejandro Sanz. Así lo contó después. Era feliz. Un momento de felicidad, unos meses de felicidad. ¿Una muestra de felicidad? La felicidad.

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“No estoy bien. No sé si esto sirve de algo pero quiero decirlo. Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano. Estoy trabajando para que se me pase… llegaré a los escenarios y algo dentro me dirá qué hacer. Pero a veces no quiero ni estar. Literalmente. Sólo por ser sincero. Por no entrar al ruido inútil. Sé que hay gente que se siente así. Si te sirve, yo me siento igual”.

Así se expresaba Alejandro Sanz en mayo de 2023, poco antes de comenzar la gira "Sanz en vivo" en España.

"Aunque aún no termina de llegar la luz, parece que se ha despertado una luciérnaga en mi pecho. No quiero suspender la gira porque creo que con la ayuda correcta y un poco de comprensión y apoyo en los shows, lo vamos a sacar adelante. Además creo que encerrarme no es buena idea. Gracias por el calorcito. Vamos a por el día de mañana. El sol está de camino.”

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Después del concierto Erica seguía más viva. Y para que quede claro que esta historia es real, voy a reconocer que con el transcurso de los meses se ha ido apagando de nuevo poco a poco, y ha perdido algo de estatura de nuevo, y su tono vuelve a ser el gris, y ha aumentado otra vez su limitación y torpeza, y vuelve a estar atascada en turbias conspiraciones mentales. Pero esto no quita para que lo que ha sucedido sea mágico, un chispazo de vida de otro lugar, otra lógica. Y sí perdura a ratos una leve sonrisa que parece querer decir... que me quiten lo bailao.

En julio de 2023, mi amigo y colega seguía sin salir de su asombro. Sabía de la fuerza de la motivación, de la ilusión, de la unidad psicosomática de la persona, del poder terapéutico de la música... pero se quedó impresionado al verlo en su paciente, en esa triste y entrañable mujer que acudía a su consulta desde hacía años. Y decidió que también quería ir a ver a Alejandro Sanz, con su mujer y todo. Se fueron juntos a principios de agosto a Cádiz, buen comienzo de vacaciones, a Chiclana de la Frontera en concreto. Por cierto, la mujer de mi amigo también le reza a San Caralampio, tiene su gracia. La cosa es que el psiquiatra fue y también vibró. Vió y creyó. Tiene algo, me decía.

Esta es la historia que quería contar, una historia de verdad, de luz profunda. Supongo que esta historia es algo de esa luciérnaga en el pecho a la que Alejandro Sanz se refería, la que percibía en la oscuridad y le ayudaba a seguir adelante.



Enrique Aubá, 2 de septiembre de 2024



"Amiga mía", Alejandro Sanz, 1997

"Amiga mía", Alejandro Sanz en directo, 2001







A mis cuarenta y diez

  "A mis cuarenta y diez, cuarenta y nueve dicen que aparento / más antes que después he de enfrentarme al delicado momento / de empeza...