jueves, 12 de septiembre de 2024

Revisitar el Concilio Vaticano II

"¡Cuánta riqueza, queridos hermanos y hermanas, en las orientaciones que nos dio el Concilio Vaticano II! (...) A medida que pasan los años, aquellos textos no pierden su valor ni su esplendor. Es necesario leerlos de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados (...) Siento más que nunca el deber de indicar el Concilio como la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX. Con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza". San Juan Pablo II (Novo Millennio Ineunte n. 57, 2001)

Curso de vida cristiana (2024-25) que vamos a llamar “Revisitar el Concilio Vaticano II”. Son muchas las perspectivas y motivaciones para adentrarse en el Concilio Vaticano II más de medio siglo después. A finales de 2025 se celebrará el 60 aniversario de la clausura del concilio, este curso puede ser una buena ocasión para conocerlo y masticarlo, para hacerlo propio.

El Concilio Vaticano II (octubre 1962 - diciembre 1965) es el acontecimiento eclesial más importante del siglo XX, recoge lo previo y dibuja lo posterior, en lo que ahora estamos. El Concilio Vaticano II es el primer concilio de la Iglesia de este mundo hiperconectado, y tiene lugar en un momento de la historia de occidente en el que quizá pueda decirse que comienza la globalización, cuando los medios de comunicación han pasado a tener otro tipo de presencia e influencia. 


El Concilio Vaticano II es el del diálogo con el mundo contemporáneo, un diálogo que se abrió de manera formal con el concilio y ya no se volverá a cerrar. “En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de su propio poder, se formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución presente del mundo, sobre el puesto y la misión del hombre en el universo, sobre el sentido de sus esfuerzos individuales y colectivos, sobre el destino último de las cosas y de la humanidad”  (Gaudium et spes 3, quizá el documento más importante del concilio). Y dice al final en el punto 92, para promover un diálogo sincero y abierto: “Haya unidad en lo necesario, libertad en lo dudoso, caridad en todo”.


El Concilio Vaticano II es de grandes teólogos y de grandes papas, de papas santos. Juan XXIII lo inaugura de una manera quizá visionaria, con una audacia santa y confianza en la acción de Dios. Pablo VI lo continúa y cierra en un ejercicio de trabajo teológico, erudición, diálogo, consenso, política, fortaleza, fidelidad, tanto en la segunda parte del concilio como en el postconcilio inmediato. Juan Pablo I, une en el nombre que elige para sí los nombres de los papas del concilio, y muestra hacia dónde se trata de ir. Juan Pablo II, que había participado en el concilio, es quien llevará a cabo la aplicación del concilio con todas sus consecuencias. Contará con la ayuda de Joseph Ratzinger, quien también había trabajado en el concilio, y que después continuará como Benedicto XVI. El papa Francisco, al poco de comenzar su pontificado, en 2014, canoniza a Juan XXIII y a Juan Pablo II, y beatifica a Pablo VI, quien será canonizado en 2018. Grandes santos y referencias para entender la Iglesia del concilio y la Iglesia de hoy.


El Concilio Vaticano II es también conocido por su postconcilio inmediato, el “mayo del 68”, el de la reacción contra toda forma de autoridad y la revolución sexual, crisis en la sociedad y crisis en la propia Iglesia. La Humanae Vitae. Y tantos temas y textos. Recientemente he escuchado al autor del ensayo “De mayo del 68 a la cultura woke”, más que interesante. Todo conecta.


El Concilio Vaticano II es el del papel los laicos en el mundo y de la llamada universal a la santidad, parte central del mensaje que Dios ha querido transmitir con el Opus Dei en la Iglesia y para el mundo desde las décadas previas al Concilio, y aquí está otra parte importante de mi motivación para este curso. San Josemaría no participó directamente en el concilio, sí algunos miembros del Opus Dei. “Conversaciones” (Josemaría Escrivá, 1968), es una "recolección de siete entrevistas de prensa concedidas entre 1966 y 1968, a las que se añade una homilía, pronunciada en 1967, ante una asamblea de varios miles de personas. En la segunda mitad de los años sesenta —época en que se sitúan los textos incluidos en Conversaciones—, el Opus Dei estaba ya extendido por numerosos países de los cinco continentes e integrado por varias decenas de miles de personas, hombres y mujeres, de las más diversas profesiones, condiciones sociales, razas y culturas. La Iglesia católica acababa de celebrar un gran acontecimiento —el Concilio Vaticano II—, y afrontaba el proceso de aplicación de la decisiones conciliares. La cultura occidental, lejanos ya los días de la segunda guerra mundial, se veía surcada por tensiones, que se manifestaron en toda su hondura con motivo de los sucesos de mayo de 1968 y de los acontecimientos que le siguieron. Todo un conjunto de factores políticos, geográficos y tecnológicos, permitían, además, entrever que el mundo se orientaba hacia lo que, posteriormente, ha sido designado como la era de la globalización. A lo largo de las páginas de Conversaciones, el fundador del Opus Dei habla con la madurez que le otorgan su edad —ha superado ya los sesenta años— y, sobre todo, su honda experiencia humana, cristiana y sacerdotal, glosando detenida y ampliamente los rasgos fundamentales del espíritu y la actividad del Opus Dei, y manifestando con sinceridad y equilibrio su parecer sobre diversas cuestiones eclesiológicas y culturales. Estamos, por eso, ante una obra de capital importancia para captar el mensaje espiritual que san Josemaría durante toda su vida aspiró a difundir y para asomarse al conocimiento de su personalidad." (De la presentación de la edición crítico-histórica de Conversaciones, José Luis Illanes y Alnfoso Méndiz, 2011).


El Concilio Vaticano II y la historia del siglo XX-XXI es una prueba más de que esto va de otra cosa, de que Dios tiene bastante que ver con el discurrir de la historia, de que el Espíritu Santo es el protagonista de la historia de la salvación, de que se trata de “hacer”, sí, pero fundamentalmente de “confiar”.


Este curso de vida cristiana está por construir, entre los que participemos, conforme nos vayamos uniendo y conforme nos de la vida. ¿Cuál es la perspectiva o temas que más te interesan o motivan? El objetivo es aprender juntos, leer y comentar textos, profundizar, asimilar, rezar, crecer, ayudarnos. Ahí queda eso.



Enrique Aubá, 12 de septiembre de 2024, día del Dulce Nombre de María

Actualizado 31 de marzo de 2025



240909 Presentación. Justificación, motivaciones, perspectivas

(lo expuesto en este post y algo más)

https://docs.google.com/document/d/1JXZINYigBOKNyiU6MNil2iZEt-CDHBWidksOVwRpK1E/edit?usp=sharing


240916 Cronología del Concilio Vaticano II

Convocado por el papa Juan XXIII, lo anunció el 25 de enero de 1959. El Concilio constó de cuatro sesiones: la primera de ellas partir de octubre de 1962. Juan XXIII no pudo concluir este Concilio, ya que falleció un año después, el 3 de junio de 1963. Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el papa Pablo VI, hasta su clausura el 8 de diciembre de 1965.

https://docs.google.com/document/d/1gGH5oOSSfn-NMEdN2xylyT_xcGVXAORLL2IVV8PHZ1A/edit?usp=sharing


240923 Bibliografía, recursos y fuentes sobre el Concilio Vaticano II

Algunos recursos (en construcción)

https://docs.google.com/document/d/1nUgw24xQHRFV6rrCxiiB5Up3FxeiwTO9OSDkvXDk0mc/edit?usp=sharing


240923 El Papa Francisco sobre el Concilio Vaticano II - 11 octubre 2022

"La Iglesia, por primera vez en la historia, dedicó un Concilio a interrogarse sobre sí misma, a reflexionar sobre su propia naturaleza y su propia misión (...) Hay que mirar la Iglesia ante todo desde lo alto, con los ojos enamorados de Dios. Preguntémonos si en la Iglesia partimos de Dios, de su mirada enamorada sobre nosotros (...) Redescubramos el Concilio para volver a dar la primacía a Dios (...) Volver a encontrar en la mirada del Señor crucificado y resucitado la alegría perdida, para concentrarse en Jesús. Reencontrar la alegría, una Iglesia que ha perdido la alegría ha perdido el amor (...) El Concilio nos recuerda que la Iglesia, a imagen de la Trinidad, es comunión (cf. Lumen gentium, 4.13). El diablo, en cambio, quiere sembrar la cizaña de la división. No cedamos a sus lisonjas, no cedamos a la tentación de la polarización. Cuántas veces, después del Concilio, los cristianos se empeñaron por elegir una parte en la Iglesia, sin darse cuenta que estaban desgarrando el corazón de su Madre".

https://docs.google.com/document/d/1FuHvnJ4uspQyFduwtiDnh9pf4jjfu4Bq2_Je_zN5dRI/edit


200930 Anuncio, convocatoria y apertura del Conciclio Vaticano II - 1959-1962

"La Iglesia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad, que traerá consigo profundas mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la Iglesia tiene ante sí misiones inmensas, como en las épocas mas trágicas de la historia. Porque lo que se exige hoy de la Iglesia es que infunda en las venas de la humanidad actual la virtud perenne, vital y divina del Evangelio".

https://docs.google.com/document/d/1d_2eGKhHmtHcgcbQJ3DcnpyZmKk3lN2gvJJl8_xsoGc/edit?usp=sharing


241007 Benedicto XVI sobre el concilio Vaticano II
"el cristianismo, que había construido y plasmado el mundo occidental, parecía perder cada vez más su fuerza creativa. Se le veía cansado y daba la impresión de que el futuro era decidido por otros poderes espirituales. El sentido de esta pérdida del presente por parte del cristianismo, y de la tarea que ello comportaba, se compendiaba bien en la palabra “aggiornamento” (actualización). El cristianismo debe estar en el presente para poder forjar el futuro. Para que pudiera volver a ser una fuerza que moldeara el futuro, Juan XXIII había convocado el concilio sin indicarle problemas o programas concretos. Esta fue la grandeza y al mismo tiempo la dificultad del cometido que se presentaba a la asamblea eclesial".

https://docs.google.com/document/d/1KS_6Yn1GZLPjnp9gKJlddUfBPQB-33d4CmTt-fsvWlk/edit?usp=sharing


241014 Contexto histórico y cultural previo al concilio Vaticano II

... la modernidad, el mito positivista del progreso, secularidad, anticlericalismo, las tesis de Freud sobre el inconsciente, el desastre de la primera guerra mundial, la utopía marxista, el fascismo y el nazismo, totalitarismos, segunda guerra mundial y postguerra, comunismo, fenomenología, existencialismo, personalismo, movimiento bíblico, novimiento litúrgico, movimiento misionero, movimiento ecuménico, movimienti mariano, Nouvelle Theologie, ...

https://docs.google.com/document/d/1C3PuXsk9SX_RE4_mR2842UaVe3ySakioNN85dol367s/edit?usp=sharing


241021 El concilio Vaticano II frente al pensamiento moderno (Frings - Ratzinger)

... a dar una conferencia sobre El Concilio Vaticano II frente al pensamiento moderno. El anciano arzobispo de Colonia la pronunció el 20 de noviembre de 1961, pero, como estaba saturado de trabajo, pidió ayuda al entonces joven profesor Joseph Ratzinger, teólogo de su confianza, quien escribió todo el texto que, después, fue publicado, obviamente, con el nombre del cardenal. Así llegó hasta Juan XXIII, que lo leyó, y, en una audiencia posterior, abrazó al cardenal Frings, diciéndole: «Precisamente, éstas eran mis intenciones al convocar el Concilio». Entonces, el cardenal sintió el deber de revelar al Papa quién era el autor de aquellas páginas.


241028 Desarrollo del concilio Vaticano II: las cuatro fases

Cuatro sesiones, los cuatro otoños entre 1962 y 1965. Juan XXIII ¿pensando que en naviadades de 1962 todo terminado? Replantaeamiento a los esquemas, estilo y contenido en el primer periodo. Fallece Juan XXIII, Pablo VI retoma y reconduce el concilio. Segundo periodo de transición. Tercer perdiodo abordando los grandes temas, con choques y tormentas, se aplazan para el cuarto periodo los grandes documentos. Concluisión pacífica, armómica, con gran consenso y mirada esperanzada al futuro.

https://docs.google.com/document/d/1471C_A5sD9CeCIwzTSB0uzpiVU7J_CFwjGKOY6E-O4w/edit?tab=t.0


241104 Pablo VI ante el Concilio Vaticano II

Juan XXIII fallece en junio de 1963, tras un arranque del concilio en el que sus planteamientos han sido cuestionados y reformulados. Todo por hacer. Pablo VI, nada más ser elegido, manifiesta su intención de continuar con el concilio. Abre el segundo periodo en septiembre de 1963 con un solemne discurso. Y un año después de haber sido elegido Papa, ante el inicio del tercer período del concilio, escribe su primera encíclica, Ecclesiam Suam. El segundo periodo puede considerarse un periodo de transición en el que el nuevo Papa redefine la manera de trabajar. El tercer periodo se antoja crucial, y Pablo VI escribe una encíclica que resume los retos del concilio y de la Iglesia ante el mundo contemporáneo y que, de alguna manera, pone las bases para la segunda mitad y cierre del concilio con sus principales documentos.


241111 Relación de documentos del Concilio Vaticano II

Dieciséis documentos en total: cuatro Constituciones dogmáticas, nueve Decretos y tres Declaraciones.


241118 Gaudium et spes, la Iglesia en el mundo actual

Último texto que se promulgó en el Concilio Vaticano II, el texto en el que la Iglesia dialoga con el mundo, se dirige a toda la humanidad, el más relevante hacia fuera (Ecclesia ad extra), aunque el teológicamente más importante probablemente sea Lumen Gentium (Ecclesia ad intra). El mundo está necesitado. La Iglesia se dirige a toda la humanidad porque sabe que tiene algo que decir al mundo, sabe que tiene algo que contar a la humanidad sobre qué es el hombre.


241125 Lumen Gentium, el misterio de la Iglesia

La constitución Lumen Gentium es el documento más solemne del concilio Vaticano II, la reflexión sobre la propia Iglesia, Ecclesia ad intra. La Iglesia es un misterio, reflejo de la Trinidad. Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo. La Iglesia es sacramento, instrumento de salvación. La Iglesia es comunión jerárquica de fieles. Dimensión escatológica de la Iglesia. María, madre de Dios, madre de la Iglesia.


241202 Sacrosanctum Concilium, sobre la Liturgia

El primer documento aprobado por el concilio. Trata sobre la Liturgia, la celebración del misterio. La presencia de Cristo entre nosotros hace la Iglesia: Dios es lo primero. Sobre la actualización / renovación de la liturgia y su promoción, proponiendo la participación plena y activa de todos los fieles. Tiene aplicaciones prácticas, como el uso de la lengua vernácula, participación dialogada, el canto, la liturgia de la palabra, y más.


241216 Dei Verbum, sobre la Revelación

La tercera en promulgarse de las cuatro grandes constituciones del Concilio Vaticano II, el noviembre de 1965, durante el cuarto y último periodo conciliar. Trata sobre la Revelación de Dios a los hombres a lo largo de la historia, su plenitud en Jesucristo, y la transmisión de la Revelación a través de la Escritura y Tradición. Trata también de la inspiración de la Sagrada Escritura, de la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y de los criterios con los que la Iglesia se aproxima a la Escritura.


250113 Inter Mirifica, sobre los medios de comunicación social

Primer decreto del Concilio Vaticano II (4 de diciembre de 1963), primer concilio con un documento sobre los medios de comunicación. Mons. Celli: “La Iglesia empieza a confrontarse, a medirse, asumiendo una responsabilidad más profunda con los medios de comunicación. A esto está ligado el tema de la evangelización: el derecho de cada hombre de tener apertura a la información y, al mismo tiempo, la expresión de una maravilla, la Verdad, frente a las tecnologías que la Iglesia encuentra en sus manos caminando en el mundo”.

https://docs.google.com/document/d/1iTCbD6iZtLD5WntQDcuVtmMQ5XtLoGBM4N0T4dFjTEg/edit?tab=t.0


250120 Unitatis Redintegratio, sobre el ecumenismo

Decreto del Concilio Vaticano II dedicado al ecumenismo, a la unidad de los cristianos y de las confesiones cristianas, promulgado el 21 de noviembre de 1964. En este octavario por la Unidad de los cristianos 2025 tenemos reciente el 60 aniversario del documento. “El restablecimiento de la unidad entre todos los cristianos es una de las principales preocupaciones del Concilio Vaticano II", así comienza el documento. "Única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo" (UR 1). El movimiento ecuménico, surgido por la gracia del Espíritu Santo, lo constituyen "las actividades e iniciativas que, según las variadas necesidades de la Iglesia y las características de la época, se suscitan y se ordenan a favorecer la unidad de los cristianos". 

https://docs.google.com/document/d/1qS9lwKFytC1k3M55oPbrxinmCvosGo21FIszjaz69_A/edit?tab=t.0


250127 Orientalium Ecclesiarum, sobre las Iglesias orientales católicas

Volvemos la mirada ahora a las Iglesias Orientales católicas. El Concilio Vaticano II les dedica el breve Decreto Orientalium Ecclesiarum, promulgado el 21 de noviembre de 1964, en la misma sesión que se promulgó Unitatis Redintegratio. Los distintos ritos orientales católicos son una riqueza que se refleja tanto en la dimensión jurídica en cuanto iglesias particulares que constituyen como en la liturgia, patrimonio común de la Iglesia universal. El decreto hace referencia a aspectos de disciplina de los sacramentos y del culto divino. Los católicos de oriente son primera línea de ecumenismo a la vez que, hoy, cuna de santos y mártires en tantos sitios donde la los cristianos son perseguidos.

https://docs.google.com/document/d/1T0ovOiGGBEyVxCB3sffZhImFpCTad_o3heLr8o3uCI8/edit?usp=sharing


250203 Nostra Aetate, sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas

El Concilio Vaticano II ha sido el primer concilio que se ha ocupado expresamente de las religiones no cristianas. Nostra Aetate es una breve e importante declaración del Concilio Vaticano II sobre el diálogo interreligioso. Está más centrado en la relación con los judíos, donde tuvo algunos puntos de más discusión. Establece bases para las relaciones de los católicos con los judíos, los musulmanes, los budistas, los hindúes y demás creyentes de otras religiones no cristianas.

https://docs.google.com/document/d/1B_Envf3UjQb-H_Qsb3RVFA3iUtYNsHqVQNsL0E9SG-I/edit?usp=sharing


250210 Dignitatis Humanae, sobre la libertad religiosa

Discutido y relevante documento sobre el derecho a la libertad religiosa, aprobado a la vez que la constitución Gaudium et Spes al final del Concilio Vaticano II. Ha resultado de grandes consecuencias y trascendencia en las décadas posteriores. "El contenido de esa libertad es que los seres humanos deben ser inmunes a la coacción de los individuos, grupos sociales y cualquier poder humano, de modo que en materia religiosa nadie se vea obligado a actuar contra su conciencia o se le impida, dentro de los debidos límites, actuar de acuerdo con ella".

https://docs.google.com/document/d/13SSveUz1Abi-8gSL3P_tseGKni1T68NgSMoI1YQVndM/edit?usp=sharing


250217 Gravissimum Educationis, sobre la educación cristiana

El Declaración del concilio sobre la “extrema importancia de la educación”, promulgada el 28 de octubre de 1965. Trata sobre el derecho universal a la educación, la educación cristiana, los medios para la educación cristiana, la importancia de la escuela, los derechos y obligaciones de los padres, la educación en todas las escuelas y las escuelas católicas, los estudios universitarios y las Facultades de Ciencias Sagradas.

https://docs.google.com/document/d/1-DAMsyzPyrKu5DTIoTgAE1CphF07pz2HG6XjRRf45R0/edit?usp=sharing


250224 Optatam Totius, sobre la formación sacerdotal

Decreto sobre la formación de los sacerdotes, en la que deben unirse estrechamente tres dimensiones: doctrinal, espiritual y pastoral. Habla también del deber que corresponde a todos los fieles de fomentar las vocaciones sacerdotales. Paradójicamente, es bien conocido que en el postconcilio tuvo lugar una crisis en el sacerdocio (abandonos y disminución en las nuevas vocaciones). Sesenta años después, tenemos más perspectiva y hemos visto las devastadoras consecuencias de la crisis de los años sesenta y posteriores. La Iglesia sigue necesitando y necesitará sacerdotes santos.

https://docs.google.com/document/d/1B7a8zY1vIXxKV3RrzYno1UEIErcBWbN8Ly7Xiz4tn1c/edit?usp=sharing


250303 Christus Dominus, sobre el ministerio pastoral de los obispos

Decreto del Concilio Vaticano II sobre la función pastoral de los obispos, aprobado de manera prácticamente unánime. El objetivo del decreto es concretar aplicaciones prácticas y pastorales armonizadas con la doctrina sobre los obispos contenida en la constitución sobre la Iglesia, la Lumen Gentium. Partiendo de la naturaleza del colegio de los sucesores de los apóstoles, que no existe sin la cabeza -el Romano Pontífice, Vicario de Cristo y pastor de la Iglesia Universal-, el decreto tata del papel del obispo en sus diócesis, de la necesidad de revisar las circunscripciones de las diócesis, de la constitución de los ayudantes y consejos de ayuda a los obispos, así como de las conferencias episcopales. Clarificar la función de los obispos es importante para visibilizar la estructura y unidad de la Iglesia Universal, importante también en las relaciones con las Iglesias ortodoxas. En las décadas posteriores han surgido de hecho problemas en el concepto de colegialidad y sinodalidad.

https://docs.google.com/document/d/16ywi2ji2zN27tRLIyALfaBTdjw7vmIQaybydPTZpHyc/edit?usp=sharing


250310 Presbyterorum Ordinis, sobre el sacerdotes en la Iglesia y en el mundo

Aunque la Iglesia la formamos todos los fieles, somos conscientes de lo esencial del ministerio sacerdotal y de la necesidad de sacerdotes santos. Sabemos que tras el concilio tuvo lugar un descenso en el número de vocaciones sacerdotales en la Iglesia, y crisis del sacerdocio. La renovación de la Iglesia pasa necesariamente por una renovación de la vida sacerdotal, tema que aborda el Concilio en el decreto Presbyterorum Ordinis.

Trata sobre el carácter del sacramento del Orden sacerdotal, de la grandeza del ministerio sacerdotal, de la necesidad de una adecuada distribución del clero y de elementos de la vida sacerdotal sin dar nada por supuesto: necesidad de vida sacramental y de oración, vida virtuosa ejemplar, pobreza, formación y  estudio, fraternidad, sustento. Cuidar a los sacerdotes.

https://docs.google.com/document/d/1rmDf3sOa8NDGh7G-C0DS1UTsHTYcE41FGf0x1oomITI/edit?usp=sharing


250317 Perfectae Caritatis, sobre la renovación de la vida religiosa

Decreto del Concilio Vaticano II con criterios generales para la adecuada renovación de la vida religiosa. El concilio señala un marco en armonía con la renovación de la Iglesia de Lumen Gentium. Antes de comenzar el concilio Juan XXIII, a la vez que pedía oración para el concilio, ya había subrayado los elementos centrales de la vida religiosa en la carta Il tempio massimo (1962): “La preparación conciliar exige que las almas consagradas a Dios, según las formas aprobadas por la legislación canónica, se dediquen con renovado fervor a las tareas de su vocación. (...) A fin de conseguir que la vida consagrada a Dios corresponda cada vez mejor a los deseos de Corazón Divino, es necesario que sea en realidad: 1. Vida de oración; 2. Vida de ejemplo; 3. Vida de apostolado”.

https://docs.google.com/document/d/1gSfti1-LBBx1z_xjKQyg8o7hnjIjuu7ibHV9hbSC_Ww/edit?usp=sharing


250324 Apostolicam Actuositatem, sobre el apostolado de los laicos

“De modo particular, el Concilio, con su riquísimo patrimonio doctrinal, espiritual y pastoral, ha reservado páginas verdaderamente espléndidas sobre la naturaleza, dignidad, espiritualidad, misión y responsabilidad de los fieles laicos. Y los Padres conciliares, haciendo eco al llamamiento de Cristo, han convocado a todos los fieles laicos, hombres y mujeres, a trabajar en la viña: «Este Sacrosanto Concilio ruega en el Señor a todos los laicos que respondan con ánimo generoso y prontitud de corazón a la voz de Cristo, que en esta hora invita a todos con mayor insistencia, y a los impulsos del Espíritu Santo. Sientan los jóvenes que esta llamada va dirigida a ellos de manera especialísima; recíbanla con entusiasmo y magnanimidad. El mismo Señor, en efecto, invita de nuevo a todos los laicos, por medio de este santo Concilio, a que se le unan cada día más íntimamente y a que, haciendo propio todo lo suyo (cf. Flp 2, 5), se asocien a su misión salvadora; de nuevo los envía a todas las ciudades y lugares adonde Él está por venir (cf. Lc 10, 1»” (Juan Pablo II, en Chsitifideles Laici, 1988, citando Apostolicam Actuositatem).

https://docs.google.com/document/d/1Do0FoIbghI3LBglndolJ0frJ7Sy4tYhMXNku4zXi0JQ/edit?usp=sharing


250331 Ad Gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia

La Iglesia, enviada por Cristo para manifestar y comunicar la caridad de Dios a todos los hombres y pueblos, sabe que le queda por hacer todavía una obra misionera ingente. Pues los dos mil millones de hombre, cuyo número aumenta sin cesar, que se reúnen en grandes y determinados grupos con lazos estables de vida cultural, con las antiguas tradiciones religiosas, con los fuertes vínculos de las relaciones sociales, todavía nada o muy poco oyeron del Evangelio; de ellos unos siguen alguna de las grandes religiones, otras permanecen ajenos al conocimiento del mismo Dios, otros niegan expresamente su existencia e incluso a veces lo persiguen” (nº 10)

https://docs.google.com/document/d/1h5UtE0i5CaphHwYZMtPgIut-n-iB4WnIwhTcaefheVE/edit?usp=sharing






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