"Que es mi barco mi tesoro, / que es mi dios la libertad, / mi ley, la fuerza y el viento, / mi única patria la mar" (José de Espronceda, "Canción del pirata", 1835).
De vez en cuando, viene a visitarme a la consulta un simpático pirata. Tiene 26 años, es barbilampiño y podemos llamarle "El Niño", como el bandido del lejano oeste "Billy el Niño" pero en pirata. Prefiere su amplio camarote a mi despacho, pequeño para su grandeza, y es él quien recibe, no yo. Es un poco anguila, inquieto, nos abrocha bien la bata, nos señala dónde sentarnos, juega con sus tesoros. Tiene una PSP —con el videojuego de Piratas del Caribe, claro está—, siempre está haciendo un autodefinido y usa el móvil para buscar sinónimos y homónimos. Grandes ojos, pícara sonrisa permanente. Trae un poco locos a sus padres, todo hay que decirlo, quienes para él, solo tienen afecto, paciencia y admiración.
Me cuentan que nuestro pirata escribe relatos. ¿Qué? ¡¡¡Sí-sí-sí-sí!!! Su letra no es fácil de entender, pero se maneja bien con el ordenador. ¿De verdad? ¡¡¡Sí-sí-sí-sí!!! Le podemos traer al doctor lo último que has escrito, ¿qué te parece? ¿Sí? ¡¡¡Sí-sí-sí-sí!!!
I. JACK SPALOW EN CHINA
Jack Sparrow siempre había soñado con viajar a China. Un día conoció en una playa del Caribe a Scooby Chan Longggg que era un famoso pirata chino. La playa era mágica y tenía la arena de color negro como la Perla negra por eso era la favorita de Jack Sparrow.
Jack Sparrow le dijo a Scooby Chan Longgg que quería viajar a China y Scooby le ofreció enseñarle su casa. Jack Sparrow dijo: SIIIIIIIIIIII ¡viajaré contigo!
Al día siguiente se embarcaron en la aventura del viaje a China. El barco era grande y estaba limpio. El camarote de Jack Sparrow tenía fotos del capitán Joe El Otaku que era el antiguo capitán de ese barco y también un loro llamado High Well To Champú. El loro siempre estaba cantando: high well to Chinaaa, high well to Chinaaa y le volvía loco a Jack Sparrow. El barco tenía un tesoro escondido en una parte del barco secreta para que Jack Sparrow no lo robara.
El viaje duró dos días y tres noches y Jack estuvo todo el viaje dormido. Los piratas pensaban que Jack Sparrow era un muñeco pero de repente se despertó y dijo: ¡Quiero un ron chinoooo! Todos se echaron a reír. Después de los dos días y las tres noches, llegaron a China. Allí lo primero que vieron fue a unas moteras subidas a caballos con trajes de pirata. Jack Sparrow pensó: ¡Esta gente está loca! Pero le gustó muchísimo.
En China estuvo tres días. Allí visitó el museo de los piratas Otakus, comió sushi, cangrejo, cocodrilo e insectos. Robó todos los días y sus grandes tesoros fueron: 1) un reloj de oro; 2) un diamante; 3) un libro mágico; 4) un barco para volver a casa
Cuando volvió a casa, invitó a las moteras del Caribe a jugar al poker y les contó todas sus aventuras en China. Ellas disfrutaron de las historias y bailaron toda la noche para celebrar el regreso del gran JACK SPARROW.
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No hace falta retorcerse la cabeza, está todo claro: le gustan los piratas, le gusta Piratas del Caribe, le gustan la motos, le gusta la China, le gusta ACDC (High Well to Hell), le gusta pasarlo bien, le gustan los tesoros, le gusta reírse. Le gusta escribir, le gusta soñar. Y todo lo que le gusta está presente simultáneamente, en su mundo, el mundo, por qué no.
Creativo, divergente. No es un relato disgregado ni son asociaciones laxas. Son asociaciones conectadas por la magia del cuento, donde todo es posible. Un agradable realismo mágico, lo irreal se muestra sin extrañeza, imperan acciones caprichosas pero rotundas. Con palabras de García Márquez: "Dicen que yo he inventado el realismo mágico, pero solo soy el notario de la realidad. Incluso hay cosas reales que tengo que desechar porque sé que no se pueden creer".
Me gusta.
Y me atrevo a sugerir con timidez: oye, Niño... ¿y podría aparecer yo en uno de tus relatos? Me haría ilusión... "¡¡¡Sí-sí-sí-sí!!!", con su expresiva sonrisa, qué se le habrá ocurrido.
II. JACK SPARROW CONOCE AL CAPITÁN AUBÁ
Jack Sparrow conoció a Aubá en el Caribe, en una isla desierta llamada Sparringas Royal que tenía forma de pirata borracho. Aubá era un pirata audaz, protector, razonable, relajado y soñador que tenía 34 años y se pasaba las noches viendo videos de chinas moteras. Vivía con su loro Hay Well To Champú y su mono Moningas. Tenía muchos amigos y le gustaba beber ron, bailar y jugar al Poker pirata.
En la isla en la que Jack Sparrow y Aubá se conocieron, se escondía el tesoro de Orbegoza Calamidad que era una famosa pirata de otro tiempo que secuestraba Sparrows en su tiempo libre. El tesoro contenía un casco de motera de oro y diamantes y dos motos de oro y perlas rojas. Sparrow llevaba 3 meses en esa isla buscando el tesoro como loco pero no había forma de encontrarlo. Aubá en cambio llevaba tan solo 3 días cuando lo encontró. Jack Sparrow vio de repente a un pirata con las motos por la playa y se fue directo a robarle el tesoro que llevaba tanto tiempo buscando.
Aubá reconoció a Jack Sparrow pero Jack no había visto nunca a Aubá.
- ¿ Tú quién eres? Y ¿qué haces con mi tesoro?
Aubá contestó:
- Soy Aubá, un pirata muy intrépido que ha encontrado el famoso tesoro de Orbegoza Calamidad en tan solo 3 días. Ahora lo subiré a mi barco y me lo llevaré a Port Royallll.
Jack Sparrow echaba humo por las orejas del enfado y no paraba de decir:
- ¡Maldito pirata! Arrrrrrrrrrr
Aubá que iba montado en una de las motos de oro y con el casco puesto, aceleró hacia su barco mientras Jack Sparrow y toda su tripulación corrían detrás de él intentando arrebatarle el tesoro. Cuando Aubá llegó a su barco, subió el tesoro muy rápidamente y desde arriba miró a la arena y le dijo a Sparrow:
- Me voy a disfrutar de tu tesoro con mis amigas las moteras chinas.
Jack Sparrow desde la arena gritaba:
- ¡Malditoo pirataaa nos volveremos a ver y te robaré lo que es mio!
Todos en el barco de Aubá se rieron y una vez que estaban en mar abierto celebraron una gran fiesta por el tesoro encontrado.
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Con un pensamiento divergente, su verdadero tesoro está en el corazón. El Niño es un pirata bueno, genuinamente ingenuo, un espíritu soñador, traspasado por un anhelo de plenitud, empujado por un instinto de alegría. Sueña con un mundo bello y más fácil.
"Y quisiera ser como el niño aquel, como el hombre aquel que es feliz. Y quisiera dar lo que hay en mí, todo a cambio de una amistad. Y soñar, y vivir, y olvidar el rencor. Y cantar, y reír, y sentir solo amor". (Jeanette, "Soy rebelde", 1971)"Yo, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así...". Sintonizamos desde jóvenes con la canción, aunque lo habitual es que no podamos decir de manera tan absoluta el "porque nadie me ha tratado con amor, porque nadie me ha querido nunca oir, y me dieron solamente incomprensión". Pero sí es fácil que los divergentes vivencien experiencias de discriminación.
La vida es complicada, vivir es con frecuencia como jugar a saltar obstáculos, y la complejidad no está tanto en el mundo y en los demás sino primero en nuestro propios relatos y fantasmas. Por eso nos identificamos tanto con el pirata, el terror de los mares. El pirata es libre, encarnación del arquetipo del rebelde, desafía las expectativas y las normas, tiene su propio código moral, no hacen falta naciones, ni religiones, ni propiedad privada, ni código penal. Con frecuencia nos comportamos como truhanes, pero la cara de malo que ponemos es solo una coraza: nuestros sueños siguen la lógica de un musical.
Bueno.
En esta consulta me acompaña Alejandra, estudiante de Medicina, y le pregunto al Niño a ver si... ¡Sí-sí-sí-sí!!!
III. ALEJANDRA Y DAVYJONES
Alejandra es una pirata buena de 10 años. Tiene el pelo rubio, los ojos azules y es alta. Vive con su hermano DavyJones que es un pirata muy malo pero que se porta muy bien con su hermana pequeña. DavyJones tiene 40 años y es muy guapo.
A Alejandra le gusta viajar a sitios como por ejemplo Cuba, ir a museos de cerámica, ver películas en el cine y jugar al poker con su hermano. A Alejandra no le gusta ser deshonesta, ser desordenada y que le roben sus tesoros.
Alejandra y DavyJones viven en el barco llamado La Perla Verde. Desde hace una semana están visitando Cuba y les parece un sitio muy bonito. Comen todo el día arroz a la cubana y no paran de beber Ron cubano.
Una tarde deciden ir juntos al cine pero como no tienen dinero primero van a una isla cercana a buscar tesoros para poder pagarse las palomitas, las bebidas y la entrada del cine.
Cuando llegan a la isla en la que se encuentra el tesoro, aparecen piratas a caballo que quieren también encontrar los tesoros allí escondidos. Alejandra y DavyJones deciden sacar sus motos del barco para ir más rápido que los piratas indios a caballo. Cuando hacen un caballito con la moto aparece entre la tierra un cofre misterioso.
- ¡ Es el tesoro! Grita Alejandra
Los dos hermanos dejan las motos y se ponen a escarbar en la tierra para poder sacar el tesoro escondido. Cuando lo sacan se dan cuenta de que son ricos y que ya tienen dinero suficiente para ir toda la vida al cine.
Vuelven a montarse en sus motos y se van al barco de vuelta con su tesoro.
Esa tarde van al cine a ver Piratas del Caribe 5. Cuando empieza la película, de repente se quedan a oscuras pero en vez de preocuparse, se ponen los dos a bailar un baile pirata llamado “El baile del motero piratón”
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El paraíso es la infancia. Piratas ricos con dinero suficiente para ir toda la vida al cine y poder bailar a oscuras, qué más se puede pedir. Una versión del cielo, cada uno proyecta sus sueños, así debe ser. Tim Burton carece de imaginación si lo comparamos con nuestro pirata. Por cierto, por si había dudas: ni Aubá tiene 34 años, ni Alejandra tiene 10. Pero el Niño hace más joven todo lo que mira, así es como lo ve, o quizá es que sea así. Nos vemos y nos sentimos jóvenes, la autoimagen es pieza importante de nuestra identidad, somos en gran medida lo que pensamos que somos.
¿Fantasía? ¿Realidad?
Dice Gabo: "La primera condición del realismo mágico, como su nombre lo indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que, sin embargo, parece fantástico." Y también: "La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla".
¿Trastorno? ¿Neurodivergente?
Dejémoslo en pirata. Rebelde, bueno, libre.
Para asociaciones laxas, las mías. "Y como, además, sale gratis soñar ... con un poco de imaginación partiré de viaje enseguida a vivir otras vidas, a probarme otros nombres, a colarme en el traje y la piel de todos los hombres que nunca seré... Pero si me dan a elegir, entre todas las vidas yo escojo... la del pirata cojo con pata de palo, con parche en el ojo, con cara de malo... ¡El viejo truhán!, capitán de un barco que tuviera por bandera un par de tibias y una calavera..." (Joaquín Sabina, "La del pirata cojo", 1992).
