jueves, 17 de agosto de 2023

La sociedad del cansancio (Byung-Chul Han, 2017)


La sociedad del cansancio (Byung-Chul Han, 2017). Está teniendo lugar un cambio de paradigma de una sociedad disciplinaria a una sociedad de rendimiento, de negatividad a positividad. Vivimos en el exceso y con la presión de tener que hacernos a nosotros mismos. Ya no hace falta nadie que nos explote: nos autoexplotamos. La sociedad de rendimiento conlleva unas patologías propias del siglo XXI.

Interesante y sugerente colección de ensayos, se lee rápido. Tiene una manera de escribir atractiva con imágenes provocadoras y expresiones desafiantes. Especulación filosófica con verdad y sabiduría, no solo expresiones bellas, que también. Los que de vez en cuando intentamos escribir palabras bonitas, entendemos la diferencia.

El autor nace en Seúl en 1959 y vive en Alemania desde que tenía 22 años. Estudió Filosofía, Literatura, Teología. Es profesor universitario en Berlín. Su producción –este término seguro que no le gusta nada a Han– nos llega en los últimos 10 años. Crítico con la hipercomunicación y con la manera de trabajar de la sociedad actual. Como se recoge en Wikipedia con la referencia requerida, "ha desarrollado una fórmula propia de resistencia política: no tiene smartphone, no hace turismo, solo escucha música analógica, no trata a su alumnado como clientes y dedica tiempo a cultivar su jardín".

Expongo algunas impresiones, a modo de resumen, de lo que creo haber entendido o del impacto que el libro ha producido en mí:

Está teniendo lugar un cambio de paradigma,
de una sociedad disciplinaria a una sociedad de rendimiento,
esto supone un cambio de tipo de motivaciones,
de motivaciones negativas propias de la disciplina,
a motivaciones positivas propias del rendimiento,
un cambio de paradigma de negatividad a positividad.

Nos hacemos a nosotros mismos,
somos libres,
vivimos en la abundancia,
exceso de estímulos,
vivimos constantemente expuestos,
exceso de positividad.

Este cambio se nos presenta como una liberación,
y lo es,
a la vez que deviene en una nueva esclavitud que en algunos aspectos es peor que la anterior,
pasamos a ser esclavos de nosotros mismos,
nos autoexplotamos.

La sociedad del rendimiento conlleva unas patologías propias,
la depresión (un tipo de depresión),
el burnout,
el trastorno límite de la personalidad (demasiada presión y responsabilidad para construir nuestra propia identidad),
el trastorno por déficit de atención (se nos exige un nuevo tipo de atención).
Byung-Chul Han no dice que estos trastornos se deban solo al cambio de paradigma,
pero sin duda el nuevo contexto influye y subraya unas patologías o algunos aspectos de las patologías.

Hay un tipo de cansancio, de saturación y agotamiento, que es enfermizo,
hay otro cansancio, de sosiego y contemplación, que es liberador.

Y más. Y bien dicho.

Algunos autores a los que cita y con los que dialoga: Walter Benjamin, Friedrich Nietzsche, Hannah Arendt, Peter Handke, Martin Heidegger, Sigmund Freud, Alain Ehrenberg.

Comparto algunas citas. Y animo a comprarlo y leerlo.

Enrique Aubá, 17 de agosto de 2023



"Las enfermedades neuronales del siglo XXI siguen a su vez una dialéctica, pero no de la negatividad, sino de la positividad. Consisten en estados patológicos atribuibles a un exceso de positividad".

"La positividad del poder es mucho más eficiente que la negatividad del deber. De este modo, el inconsciente social pasa del deber al poder".

"Lo que provoca la depresión por agotamiento no es el imperativo de pertenecer solo a sí mismo, sino la presión por el rendimiento (...) Lo que enferma no es el exceso de responsabilidad e iniciativa, sino el imperativo del rendimiento, como nuevo mandato de la sociedad del trabajo tardomoderna".

"La cultura requiere un entorno en el que sea posible una atención profunda. Esta es reemplazada progresivamente por una forma de atención por completo distinta, la hiperatención. Esta atención dispersa se caracteriza por un acelerado cambio de foco entre diferentes tareas, fuentes de información y procesos. Dada además su escasa tolerancia al hastío, tampoco admite aquel aburrimiento profundo que sería de cierta importancia para un proceso creativo".

"La moderna pérdida de creencias, que afecta no solo a Dios o al más allá, sino también a la realidad misma, hace que la vida humana se convierta en algo totalmente efímero. Nunca ha sido tan efímera como ahora. Pero no solo esta es efímera, sino también lo es el mundo en cuanto tal. Nada es constante y duradero. Ante esta falta de ser surgen el nerviosismo y la intranquilidad".

"En cuanto acción que dice «no» y es soberana, la vida contemplativa es más activa que cualquier hiperactividad, pues esta última representa precisamente un síntoma del agotamiento espiritual".

"Hay dos formas de potencia. La positiva es la potencia de hacer algo. La negativa es, sin embargo, la potencia del no hacer, en términos de Nietzsche, de decir «no». Se diferencia, no obstante, de la mera impotencia, de la incapacidad de hacer algo".

"El exceso del aumento de rendimiento provoca el infarto del alma".

"El cansancio del agotamiento es un cansancio de la potencia positiva. Incapacita para hacer algo. El cansancio que inspira es un cansancio de la potencia negativa, esto es, del «no-…» [nicht-zu]".

"El verbo modal que define la sociedad del rendimiento no es el deber de Freud, sino el poder. Esta transformación social conlleva una reestructuración anímica interior".

"También los nuevos medios y las nuevas técnicas de comunicación desmantelan cada vez más la relación con lo distinto. El mundo digital es pobre en alteridad y en la capacidad de resistencia que ella tiene. En los espacios virtuales, el yo puede moverse prácticamente sin el «principio de realidad», que vendría a ser un principio de lo distinto y de la resistencia que lo distinto opone. Lo que el yo narcisista se encuentra en los espacios virtuales es, sobre todo, a sí mismo. La virtualización y la digitalización hacen que lo real que opone resistencia vaya desapareciendo cada vez más".

"Los «amigos» que se agregan en las redes sociales cumplen sobre todo la función de incrementar el sentimiento narcisista de sí mismo, constituyendo una muchedumbre que aplaude y que presta atención a un ego que se expone como si fuera una mercancía".

"Lo enfermante es la falta de esa gravitación que ayudaría al yo a cobrar gravedad. Pero el imperativo que obliga a cada uno a «tener que llegar a ser sí mismo», «a pertenecerse únicamente a sí mismo», no basta para crear una gravitación concluyente".

"Mientras trabajamos y producimos no estamos con los dioses ni somos nosotros mismos divinos. Los dioses no producen ni trabajan. Quizá deberíamos recuperar aquella divinidad, aquella festividad divina, en lugar de seguir siendo siervos del trabajo y del rendimiento".

"Necesitamos una nueva forma de vida, una nueva narrativa de la que surja un tiempo distinto, otro tiempo vital, una forma de vida que nos redima del desenfrenado estancamiento".

"En la época del reloj para fichar era posible separar claramente el trabajo del ocio. Hoy, la nave industrial se mezcla con la sala de estar. A causa de ello, es posible trabajar en todas partes y a cada momento. El ordenador portátil y el smartphone constituyen un campo de trabajo portátil".

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