Siete personas, siete historias, siete casos clínicos. Trata de los trastornos psicóticos y de la percepción de la realidad con sus rupturas; de la complejidad de la personalidad y sus trastornos (o su trastorno); del trastorno bipolar auténtico y de sus sucedáneos; de los trastornos "hermanos" de acumulación-Diógenes-coleccionismos; del trastorno obsesivo compulsivo y sus posibles orígenes; de la energía del trauma y de las diferentes "rutas postraumáticas" (feliz expresión); de la oscuridad de la depresión y de la conducta suicida. Y de más, también porque el libro tiene una estructura de hablar de psiquiatría y psicopatología "a propósito de siete casos", bien elegidos y sin ánimo de exhaustividad. Todo combinando una delicada perspectiva social con una actualizada neurobiología, consciente tanto de su profundidad como de los límites de la ciencia actual. Con humildad a la vez que con contundente asertividad ante los fanáticos extremos reduccionistas y sus consecuencias. Y es que el problema de la naturaleza de la enfermedad mental quizá no sea tanto el dualismo metafísico sino la polarización social que pretende adueñarse, distorsiona y divide.
Pienso sinceramente que este texto es de lectura obligada para psiquiatras, para que nos actualicemos y nos recentremos. Por eso lo considero también obligatorio para psiquiatras en formación, este es mi entorno más cercano. Para psicólogos también es de gran interés, está claro, trabajamos juntos. Otros ambientes, grupos y el público general, también se sentirán atraídos e interpelados, ya que la enfermedad mental es patrimonio común, pero cada uno tendrá que decir con lo que conecta más y de qué manera le hace resonar. No me parece una lectura tan accesible como pudiera parecer, pero ayuda a adentrarse en una realidad que tampoco es tan sencilla como a veces se quiere mostrar. Gustará sin duda a cualquier persona con sensibilidad, de eso estoy seguro, porque el libro es también un alarde de referencias artísticas bien traídas, sobre todo literatura y cine, de ayer y de hoy.
Más allá de trastornos y sus clasificaciones —lenguajes y consensos necesarios pero que mal utilizados son "psiquiatría para dummies", me parto, cuánta razón—, repasa principios de la psicoterapia y terapias biológicas, psicología del desarrollo y psiquiatría evolucionista, cognición social y pensamiento simbólico, la secuencia trauma-emoción-memoria-vínculo-identidad, vínculo y significado en la recuperación del trauma, y mucho más. Hay también un interesante "paseo filosófico-literario" por el suicidio.
"La defensa de la humanización de la psiquiatría y la apuesta por el paradigma de la recuperación no es incompatible sino inseparable de la confianza en la ciencia para desentrañar las bases biológicas de los trastornos mentales". La comprensión biopsicosocial de la enfermedad psiquiátrica excluye tanto la mala praxis de medicar sin escuchar ni dialogar —caricatura que a veces puede darse—, como la antimedicación y la antipsiquiatría fundamentalista. Cuando el libro está en su recta final, sorprende con una autorrevelación de terapeuta que emociona, impacta y asienta lo previamente expuesto.
"Manual de psiquiatría con alma". El autor dice que lo de "manual" es irónico, pero lo de decir que es irónico es más bien humilde, ya que es evidente que no es un manual, pero aporta un contenido esencial que facilita el correcto estudio y uso de los manuales. Y claro que tiene alma, eso nadie lo puede poner en duda, al menos en el sentido coloquial del término —con profundidad, con humanidad—, aunque en el libro juegue con el término, "somos científicos de lo invisible", "algo que en otro tiempo llamaron metafóricamente alma". Da para más...
Una vez conocida la profundidad del enfermar y siendo conscientes de los límites de alcance de nuestro conocimiento, es cuando podemos escuchar mejor y ejercer con más humildad la Psiquiatría, muchas veces "guerra de trincheras", y sin dejar de mirar a ese "cementerio" que todo terapeuta lleva consigo, "al que acude para rezar", y del que aprender. Qué cierto.
Enrique Aubá, 29 de noviembre de 2024
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